1. Grata y negra sorpresa


    Fecha: 03/08/2019, Categorías: Sexo Interracial Autor: zenete, Fuente: RelatosEróticos

    ... desabrochar y liberar aquella inflamación. No es que sea una experta, pero tenía ante mí la polla más hermosa de mi vida. Gruesa, circuncidada y grande. Más de veinte centímetros. Sus huevos eran gordos y muy grandes también. Pasando mi mano por ellos comprobé que estaban rebosando de leche, estaban duros y muy calientes. Se sentó junto a mí y guió con sus manos mi cara hacia su polla. Empecé a saborear su glande brillante y grueso que me entraba con alguna dificultad. Retiraba mi lengua y notaba un ligero sabor dulce en mis labios. Sus primeras gotitas de esperma brotaban y las relamía junto a mi saliva. Lo masturbaba mientras acompasaba mi boca subiendo y bajando a lo largo de toda su verga. Cada vez se endurecía más. Me retiró y su cara me decía que de continuar me hubiese llenado la boquita de leche. Me sentó sobre su pollón y creí morir al sentir como su rabo se abría paso dentro de mis entrañas. Agarró mis nalgas y me empezó a penetrar con más fuerza, logrando así meterme su polla cada vez más adentro. Sentía chorrear mis flujos a lo largo de aquel mástil que me provocaba el placer más fuerte de mi vida. Empecé a gritar que me corría y me sujetó con firmeza mientras se me iba la vida por la boca. Me notaba llena de carne. Mi boca no paraba de pedirle que me follase. Me puso a cuatro patas y pude notar ...
    ... su polla aún más profunda. Diez minutos duró por lo menos aquel maravilloso martirio. Sus huevos chapoteaban contra coño abierto de par en par. Incrementaba la velocidad a medida que mis gritos eran más fuertes. Sentí como sus manos apretaban con más fuerza mi culo y empezó a gruñir llenando mi coño de calor y leche. No exagero, pero conté alrededor de diez eyaculaciones y su polla palpitando en mi interior. Se salió y los grumos de su leche chorreaban por mi coño. Era la corrida de todo un semental. Se sentó en el sofá y me dediqué a limpiarle la leche con mi boca. Era dulce, espesa y deliciosa. Agarró su polla y se masturbó para mí. Su polla volvió a crecer y me la puso en los labios cuando iba a correrse de nuevo. Abrí la boquita y sentí su caliente leche dentro de mi boca. Pese a ser la segunda corrida lo hizo de forma bastante abundante y pude tragar aquel néctar que trasladé a través de mi garganta. Pasaron los días y mantenía el calor de su boca y el sabor de su leche en mi pensamiento. Había sido follada por un hombre, un semental negro que había cambiado mi percepción del sexo para siempre. Lo buscaba. Nos reuníamos de tanto en tanto y me hacía sentir una mujer completa. En casa hago el amor, fuera tengo sexo y me encanta que ser follada hasta saciarme y quedarme sin aliento. Qué le vamos a hacer… 
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