1. Ilustrísima señora


    Fecha: 01/03/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... corto que permitía admirar aquellas piernas largas morenas y sus muslos tan apetecibles, La abertura del escote del desmangado verde oliva dejaba a la vista parte de sus hermosos senos. Emilio, que así parecía llamarse el marinero, supo a qué venía aquella mujer a su camarote. Se le acercó poco a poco y ella hacía como que retrocedía hasta que él la tomó por los hombros, los acarició, los besó, recorrió con su boca el cuello de Rosa, acariciándole la cabeza, revolviéndole el largo cabello, desplazando las manos hacia las nalgas, que sobó y apretó hasta que ella, dando un salto, se subió a sus brazos abrazándolo con los muslos y rodeando su cuello con sus brazos. Le besó con fiero deseo, agitando su cuerpo contra el de él. Surgieron de ambos, gemidos, rugidos, lamentos y una serie de sonidos que sólo una mezcla de pasión, placer y violencia es capaz degenerar. Fueron así moviéndose de una parte a otra del camarote; unas veces contra la pared, otras contra un armario. Se besaban, chupaban y mordían como posesos. Ella se separó de él y le empujó contra la cama tumbándolo. Sin quitarse el vestido, se desprendió de las bragas y se colocó encima de él haciendo coincidir su coño con la boca del marinero. Él la tomó por las nalgas al tiempo que con su lengua abría los labios de la vagina y la comía con fruición. Ella se movía convulsivamente, abrió más las piernas. Él le metió la lengua tanto como podía. Sus movimientos se aceleraron y su respiración fue haciéndose cada vez más ...
    ... espasmódica, de modo que cuando tomó el clítoris entre sus labios, lo chupó al tiempo que le metía y sacaba el dedo índice en el coño. Sus movimientos se hicieron más violentos y de pronto ella comenzó a gritar: ¡aaaah..., aaaah... aaaah! Se retiró súbitamente muy agitada y comenzó a besar en la boca al marinero. Lo hacía con avidez y diciéndole: "¡eres un hijo de puta, cabrón. ¡Me vuelves loca, Emilio, me vuelves loca!" entonces él la cogió en vilo y la puso de pie frente a una mesilla que daba a una gran escotilla, la obligó a apoyar los brazos en la mesilla y le dijo: mira el mar, mira el mar, puta, que eres una puta. Tienes el mejor culo que he visto jamás y te voy a follar como les gusta a las tías como tú. ¡agáchate y levanta el culo! Como ya se ha dicho, Rosa tenía un trasero que era la envidia de todas las mujeres y objeto de excitación de los hombres. El marinero se arrodilló detrás de ella y comenzó a besar, chupar y morder aquellas nalgas tan excitantes. Ella jadeaba de placer mientras aquel rudo macho le lamía el agujero del culo y el coño, al tiempo que emitía sonidos más propios de un animal en celo que de una persona. Cuando la excitación del hombre llegó a su máxima cota, introdujo la punta de la polla en el coño de Rosa desde atrás y ella sintió una embestida brutal que la envolvió en temblores de placer por la violencia del empuje. Él le decía. ¿qué te creías, que iba a darte por el culo? Eso es de maricas. A una hembra salida como tú hay que follarla como se ...
«12...567...»