1. Ilustrísima señora


    Fecha: 01/03/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... lo que pasaba pero al ver a aquella tía tan impresionante con aquel vestido verde tan corto y aquellos muslos y aquellas tetas... empezó a comprender lo que su amigo le estaba ofreciendo. Emilio susurraba a Rosa: ¡qué buena estás! ¿Verdad que el jilipollas de tu maridito nunca te folla así? Te voy a follar otra vez pero, esta vez, en silencio. Le hizo un gesto inequívoco a Marcos para que aprovechase la ocasión. El cocinero, con un bulto entre las piernas que denotaba una clara excitación, se aproximó a Rosa, se arrodilló ante ella y comenzó a palparle los muslos, desde las rodillas hasta la cintura, subiendo poco a poco. No podía evitar su respiración acelerada. Ella, al sentirse palpada en la parte interna de los muslos comenzó a recuperar la excitación. Sus manos se adelantaron y tocaron los brazos de Marcos que estaba acariciándole los pezones. El cocinero se puso de pie nervioso y muy excitado. Ella le cogió por la cintura y le pasó las manos por la bragueta, notando un gran bulto. Pero para evitar que Rosa siguiera tocando a Marcos y se apercibiera de la situación, Emilio la acostó en la cama y la ató al cabezal por las muñecas. El espectáculo que Marcos veía le volvió loco de deseo. Rosa estaba con el vestido verde subido casi hasta la cintura, mostrando aquellos muslos capaces de enloquecer a cualquiera. Movía las piernas de derecha a izquierda y giraba la cabeza de un lado a otro, esperando ser poseída otra vez. Marcos se sentó en la cama, se quitó la camiseta y ...
    ... al pantalón y comenzó a palparle los muslos, el vientre y los pechos. Ella iba jadeando cada vez más, lo que hizo que Marcos perdiese el control y echándose encima de ella le arrancó el vestido de golpe y comenzó a morderle las tetas y lamerle los pezones como si estuviese hambriento. No pudo detenerse y le separó los muslos a la Ilustrísima señora y sin interrupción le introdujo de golpe con un gran empujón todo un gran pedazo de polla que no utilizaba así desde hacía más de seis meses. Ella levantó los muslos y los separó al máximo aguantando las tremendas embestidas de aquel semental, creyendo que era el mismo macho que la había poseído anteriormente. Ello la excitó aún más y aumentando la elevación de los muslos ofreció a Marcos toda la amplitud de su candente y húmedo coño. Los rugidos de Marcos se mezclaban con los gritos de Rosa. Las caderas de Marcos subían y bajaban cada vez más rápido. De vez en cuando mantenía la polla entera dentro de la vagina y hacía giros con las caderas como si quisiera atornillar a aquella hermosa hembra que cada vez gritaba más. Con toda la polla dentro, Marcos se detenía y le mordía los pechos y besaba su boca con ardor incontenible. Ella le mordía las mejillas, los brazos, los hombros. Entonces, Emilio sacó su navaja y cortó las cuerdas que mantenían atadas las manos de Rosa cuyos brazos corrieron a apretujar la cabeza de Marcos, besándolo y mordiéndolo apasionadamente, sintiéndose penetrada violentamente, suspirando y estremeciéndose de ...
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