1. Mezcla de sensaciones: sexo y morbo


    Fecha: 19/09/2018, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Sconvix, Fuente: CuentoRelatos

    ... inyección fue tal que soltó un fuerte grito de placer que se entremezcló con el crujir de la cama. Saltaba poseída por la sed de sexo, de buen sexo. Aplastaba mis huevos con cada bote, esparciendo sus líquidos por toda mi verga, lo tenía ardiendo, no hacían falta preliminares, lo quería ya… y así explotamos… me corrí como nunca antes en toda mi vida, expulsando un gran torrente de semen que se mezcló con sus fluidos, explotando conjuntamente, gritando como dementes y bañados en sudor. Disminuyó sus movimientos, pero no paró, esparciendo los fluidos por todo mi miembro, los cuales caían hasta las sábanas, manchándolo todo. Al fin se detuvo, se echó a un lado, tumbándose junto a mí. Mi polla salió de aquel caliente orificio con suma facilidad, estaba totalmente impregnado de ambos y su lubricación era extrema. Se encendió un cigarro, dio una bocanada y me miró. Nos volvimos a besar, como dándonos las gracias, como si hubiésemos cumplido un sueño, una emoción inigualable, algo tan especial que sólo poetas tocados por una mano divina podrían describir con palabras. Echó un vistazo a todo mi cuerpo: —Pues sí que estás bueno —dijo sin más. Yo la miré sin decir nada, jadeaba como un perro encelado. Ella volvió a mirar hacia mi entrepierna, maravillándose al ver que mi polla seguía erguida, roja y, ahora, brillante por el baño de jugos. Siguió fumando mientras su otra mano tomaba mi verga, comenzó a pajearla ante mi atónita mirada. Su mano se movía casi mecánicamente, se podría ...
    ... hasta decir que de forma instintiva.; no necesitaba fijar su mirada en ella, le bastaba el tacto. Me masturbaba mientras me observaba cómo mis labios no podían contener los gemidos en mi interior, y poco a poco iban despegándose el uno del otro, estirando finos hilos de saliva hasta romperse estos, permitiendo así que un leve quejido fuese llenando la habitación. Su mirada era un tanto siniestra, denotaba su experiencia y su afán por "llevar el timón". Continuaba fumando y contemplándome detenidamente mientras mis ojos se cerraban presas del placer. Era todo un contraste puesto que mientras que yo me sumía en el más profundo placer ella permanecía impávida, muy probablemente disfrutando por dentro. Así continuó, intentando extraer más semen de donde quedaba más bien poco. Cuando mi verga parecía estar a punto de estallar, detuvo su movimiento. Mi polla tembló, se irguió un milímetro más en busca de la mano que la había desamparado, en busca de un culmen. Ciego por la locura y la necesidad de terminar, cometí el grave error de llevar mi mano derecha hasta mi polla, con el propósito de dar fin a todo aquello. Sin soltar el cigarro ni modificar su expresión, Noa tomó mi mano y la llevó a su lugar anterior. —Quieto, ni se te ocurra tocarte, o tendré que ser más dura contigo. —Ya —dije desconociendo lo que se le pasaba por la cabeza— Pero necesito terminar, estoy ardiendo. —¡He dicho que quieto! —Subió un tanto el tono de voz, amenazadoramente— Me gusta mucha pajear a los jóvenes como ...
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