Desafío de galaxias (capitulo 81)
Fecha: 06/11/2018,
Categorías:
Grandes Series,
Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos
... al mismo tiempo que desde la parte alta llegaban el ruido de la batalla que se estaba librando y varios cuerpos de soldados bulban, caían desde arriba. Marisol dio la orden, los escudos se abrieron y los españoles salieron corriendo, en medio de un griterío ensordecedor y atacaron el precario parapeto enemigo entablándose combate cuerpo a cuerpo. En medio de la batalla, Trens se acercó por detrás a Marisol y le señalo un punto en la parte alta de los escaños. —¡El líder! —Marisol miró en esa dirección, y vio a un bulban protegido por una coraza dorada con refuerzos en negro, que desde su altura, con su lanza de guerra en la mano, también la miraba. Enfundó la pistola, sacó la espada, y comenzó a ascender por los escaños derribando enemigos, con la ayuda del sargento que la abría paso con su bayoneta. Junto a ella, sus amigos, también ascendían por los interminables peldaños de la grada como un río de muerte y destrucción, que desobedeciendo las leyes de la física ascendía sin importarle la gravedad. Miró a su alrededor y vio a sus amigas del alma junto a ella, combatiendo para abrirla paso. Cuándo llegó a la inmediaciones del líder, lo encontró protegido por los cuerpos de una docena de sus guardias personales. Marisol hizo una indicación para que cesara la lucha, y los bulban aliados hablaron a sus compatriotas en su lengua para que dejen de luchar. Marisol dio un paso al frente y se quedó al descubierto; toda la armadura, sus manos, su cara, estaban salpicadas de sangre ...
... bulban, y alguna propia, el sudor gotea por algunos pelos rebeldes y por la coleta debajo del casco. Los guardias del líder bajan las armas y se echan a un lado: se dan cuenta de que la hora de los «lideres» ha llegado y ellos sobran. Los jefes aliados se los llevaron mientras les hablan: «no tenéis por qué morir, ya no». Los dos se miran con ojos cargados de odio. El líder se agacha y recoge del suelo un escudo que se coloca en el brazo izquierdo mientras con la mano derecha sujeta su lanza de doble punta, da dos pasos, flexiona las piernas ligeramente y se pone en guardia protegido por el escudo. Marisol se pone también en guardia y mientras todos les rodean dándoles espacio, los dos, mirándose fijamente giran en círculo. Las balconadas superiores están repletas, cuándo Loewen y Bertil se unen al grupo que les rodean y que expectantes aguardan el comienzo de la batalla. El líder ataca con la punta de su lanza y Marisol para el golpe con su escudo para inmediatamente atacar y golpear con su espada el escudo de su enemigo. Comienza entonces un duro intercambio constante de golpes que se prolonga durante varios minutos, y en el que ambos contendientes golpean varias veces en las armaduras de su rival. Están exhaustos y sus movimientos se vuelven más lentos. Trens tenía razón, el líder es un contrincante temible. El círculo donde combaten va cambiando de posición según se embisten los contendientes recorriendo las bancadas. El griterío de ánimo es ensordecedor, pero ya nadie anima ...