Ayudando a Mamá (01).
Fecha: 02/04/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: nokomi, Fuente: RelatosEróticos
... duro, ni siquiera atiné a subirme el short. Estaba como hipnotizada, no podía pensar claramente. Se me acercó y con un tirón del brazo me puso de cara contra la pared. “Yo te voy a abrir ese culito paradito que tenés”, me dijo secamente y sentí la cabeza de su verga contra mi agujerito posterior, se la había mojado con saliva. Admito que la escena me calentó, no quería pero igual paré la cola, pero cuando el tipo me la quiso meter de una me dolió bastante y ni siquiera entró. “¡Ay no Luis, pará, soy casada!”, atiné a decirle y él me respondió algo que hizo un clic en mi cabeza “Vos sabés muy bien que tu marido te pone los cuernos, no creo que le afecte mucho llevar algo de cornamenta”. Seguía presionando y el dolor era agudo, aun así sabía que el pene no estaba entrando. “¡No pará, me estás haciendo mal!” ahí se detuvo, pero igual no me soltó. “Pero si estás toda mojadita mamita” Me dijo pasando la mano por mi conchita “Vos te morís por una buena pija” –me causaba mucha calentura escuchar esas palabras directamente de la boca de mi madre, además podía ver cómo se pajeaba, yo me apretaba los huevos y no dejaba de darme duro–. No te voy a mentir, estaba muy excitada y no sabía cómo decirle que se vaya, en ese momento me dijo. “Si vos querés que te la meta, pedímelo”. Estaba confundida, primero le pedí que me dejara, pero él me pasaba la punta de la verga por el medio de la concha y yo me mojaba cada vez más, para colmo me apretaba las tetas, yo seguía con la cara pegada a la ...
... pared. Volví a sentir su glande pasando suavemente por mi culito, apretó hacia adentro y mi agujerito luchaba por mantenerse cerrado, la rudeza de ese hombre me calentaba. “¿Y qué hago putita, te cojo o no?”, me preguntó al oído. Nunca me habían hablado de esa forma. No aguanté más, le agarré la verga con una mano y la llevé hasta mi conchita diciéndole: “Metémela”. Para este momento yo estaba más cerca de la cara de mi madre, me había acercado inconscientemente, hasta tenía la verga orientada hacia ella, a muy pocos centímetros de su boca, ella no dejaba de mandarse dedo y jadear, separando mucho las piernas. -¡Ay hijo, si supieras el placer que sentí cuando me la clavó! –Continuó, supe que estaba poseída por la lujuria- Nunca me habían metido una pija así de grande. Pensé que me rompería la concha, se me abrió toda cuando me la enterró, para colmo empezó a cogerme con fuerza, sin darme tiempo a dilatar bien. Empecé a gemir y él no paraba de penetrarme hasta el fondo. Una y otra vez... y otra... y otra... Mi madre se apretaba los pezones y podía ver que su concha estaba muy mojada, mi verga estaba justo sobre su boca y ella la miraba con los ojos entrecerrados. Una gotita de líquido preseminal cayó sobre sus labios, pero no dijo nada. Sacudí un poco mi miembro y el glande le rozó la boca. Tampoco se quejó, al contrario, continuó con su relato: -Luis me tiró contra un sillón –me dijo- y volvió a clavármela toda de una sola vez. ¡Uf, eso me puso como loca! No me acordaba de ...