1. Ayudando a Mamá (01).


    Fecha: 02/04/2019, Categorías: Incesto Autor: nokomi, Fuente: RelatosEróticos

    ... metiéndose los dedos y jugando con su clítoris, veía que cada vez se le mojaba más. Cerró sus ojos y sus jadeos se hicieron más evidentes. Se llevo a la boca los dedos que se había estado metiendo en la concha y los chupó, luego volvió a masturbarse. Yo quería que me siguiera contando cosas. -¿Con Luis pasó algo? Porque vi cómo te miraba, siempre sospeché que ese tipo te avanzaba, aunque estuvieras casada –no le pregunté directamente por lo que había visto. -Bueno… es que Luis es un tipo muy directo. Cuando quiere algo te lo dice sin vueltas –ella seguía colándose los dedos como si yo no estuviera allí–, creo que te puedo contar lo que pasó hace como un mes –con un rápido cálculo mental supe que mi madre aún seguía casada en ese entonces–; pero no quiero que pienses mal de mí. -No voy a pensar mal, de verdad mamá. -Está bien. Esto pasó una tarde en la que me encontraba sola en la casa, estaba limpiando los pisos y la puerta del frente estaba abierta. En eso veo que aparece Luis, me sonríe y me queda mirando. Allí me di cuenta lo escasa que era mi ropa. Tenía puesta una blusa blanca, sin mangas y con mucho escote y ni siquiera tenía corpiño, se me marcaba bastante. Además tenía un short bien cortito del mismo color. Esa ropa solamente la uso para dormir, pero ese día hacía calor y no me dieron ganas de cambiarme –me imaginaba la escena sin dejar de tocarme, ella se masturbaba al mismo ritmo que yo–. Ya te imaginarás la cara de Luis, el tipo pasó a la casa sin que lo invitara ...
    ... y me dijo que podía matar a alguien de un infarto vestida así. No te voy a mentir, el comentario me agradó, hacía mucho que alguien no me halagaba de esa forma; sin embargo lo saludé como si nada. Él me miraba fijamente el escote, yo estaba algo agachada pasando el secador por el piso, se me veía casi todo, me puse colorada y por los nervios se me cayó el secador. No tuve mejor idea que agacharme para juntarlo, para colmo le di la espalda a Luis. Mi short era muy corto y se pegaba mucho al cuerpo, yo sabía que impacto visual podía causar, pero esa no era mi intención, para colmo ni siquiera tenía bombacha –me sacudí la pija con ganas imaginando el apretado atuendo marcando esa conchita, mi madre continuó con su relato–, él me apoyó sin miramientos y me dijo: “Mamita no te agaches así porque te puede costar caro”. Pude sentir su bulto duro contra mi vagina y de pronto me dio un calor tremendo. “Esta manzanita es muy tentadora”, agregó agarrándome la cola con ambas manos. “A la manzanita le falta atención”, le dije, sin saber por qué; me salió de adentro –mi madre se colaba los dedos profundamente sin dejar de hablar-. Fue un error, porque Luis lo malinterpretó. Enseguida me bajó el short hasta las rodillas dejándome con las vergüenzas al aire y un segundo después sentí su pene contra mis nalgas. Lo tenía duro. Le pedí que se apartara y le recordé que la puerta estaba abierta, alguien podía vernos. Sin decir nada fue hasta la puerta y la cerró. Me quedé mirando su pene grande y ...
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