Ayudando a Mamá (01).
Fecha: 02/04/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: nokomi, Fuente: RelatosEróticos
... tanto forzada; pero todo marchaba de maravilla, hasta que un día, cuando estaba a punto de entrar a la cocina para prepararme un vaso de leche con chocolate, oí a mi madre conversando con otra persona. Me detuve antes de entrar, para escuchar lo que decían. Supe que la otra persona era Zulma, una vieja amiga de Graciela. -Estuvo engañándome muchos años –decía mi madre; la pena en su voz resultaba evidente-. Siempre fui tan estúpida como para no verlo. Lo que más rabia me da es que todo el tiempo le fui fiel y viví esclavizada por él, siento que se robó los mejores años de mi vida. Hay tantas cosas que podría haber hecho si no hubiera estado casada con él... ahora ese tren ya se me fue. -Eso no es cierto, Graciela -la consoló su amiga-, todavía sos joven y muy hermosa, lo importante es que ya lo sacaste de tu vida. Ahora sos libre. -No lo sé... hay tantas cosas que quisiera hacer… que siempre quise hacer, pero por culpa de ese desgraciado no pude –repitió; me apenaba que eso la afectara tanto. -Ahora podés hacerlas, no dejes que nada te lo impida. Nadie te va a juzgar, mucho menos yo, que soy tu amiga… No escuché más de la conversación, fui hasta mi cuarto, me acosté en la cama y me quedé pensando en lo que mi madre había dicho. Me dolía mucho verla en ese estado, su radiante y estival forma de ser parecía esfumarse de a poco. Comprendí por qué me parecía tan forzada su risa durante estos últimos días y me percaté de que cada vez le costaba más sonreír y ya no caminaba de ...
... forma tan altanera. No quería ver a mi madre sufrir de esa forma, la quería demasiado y me molestaba que estuviera así, por culpa de mi padre. Hasta yo había tenido muchas discusiones con ese hombre huraño, ni siquiera podía hacerme una clara idea de lo que tuvo que tolerar durante tantos años mi mamá al estar casada con él. Me propuse alcanzar una meta: ver a mi madre feliz. No sabía cómo hacerlo, pero algo se me ocurriría. ***** Estuve todo un día pensando en qué podía hacer para alegrarla, hasta que se me ocurrió una idea muy buena. Busqué a mi madre y la encontré sentada en el sillón de la sala a punto de encender el televisor. -Mamá ¿qué te parece si organizamos una fiesta acá, en casa? –le dije sin preámbulos; ella me miró sin comprenderme-. No tiene que ser algo muy grande, sólo una reunión con amigos y algunos parientes, para celebrar que estamos viviendo solos y tranquilos -cuando dije estas palabras se dibujó una amplia sonrisa en su rostro. Al parecer había dado en el clavo. -Me gusta la idea, antes nunca podíamos hacer fiestas, porque a tu padre le molestaban. Él odiaba tener invitados hasta tarde, pero ahora podemos hacer lo que queramos. ¿Me vas a ayudar a organizar todo? Como bien dijiste, no tiene que ser algo muy grande; pero no por eso va a ser menos divertido. Así fue que pusimos el plan en marcha, avisamos a un pequeño grupo de gente que incluía algunos vecinos, amigos y parientes cercanos. Compramos comida y bebidas. Arreglamos la casa, eso nos llevo tiempo, ...