1. Ayudando a Mamá (01).


    Fecha: 02/04/2019, Categorías: Incesto Autor: nokomi, Fuente: RelatosEróticos

    ... ya que es muy grande. La dejamos impecable para la gran noche. Decidimos realizar la fiesta un sábado, así todos podrían asistir. La hora de inicio se acercaba y la primera en llegar fue Zulma, la amiga de mi madre, quien vino acompañada de una mujer rubia, muy bonita, a quien yo no conocía. De a poco la casa comenzó a llenarse de gente. Mi prima Naty era la única persona de mi edad. Ella es una chica muy delgada y alta, con una carita muy bonita; no tiene mal cuerpo, pero su verdadera belleza reside en su rostro. También concurrió Luis, un vecino nuestro que tiene la costumbre de piropear a mi madre cuando la ve en la calle; ella no hace mucho caso a estos halagos y sólo le responde con una sonrisa. Mi padre nunca se enteró de estos atrevimientos, de lo contrario hubiera puesto el grito en el cielo. Noté que Luis no era el único que miraba a mi madre esa noche, estaba realmente bonita. Llevaba un amplio y ajustado escote en su blusa y una pollera blanca floreada, sencilla pero muy linda. La reunión comenzó sin inconvenientes, todos parecían estar cómodos y alegres. Mi prima, en cambio, no hablaba casi con nadie, se dedicaba sólo a tomar cerveza. Se me hacía un poco extraño ver una chica tan delgada tomando tanta cantidad, pero parecía no tener fondo. Cuando fui hasta la cocina a buscar más bebidas descubrí a Luis muy cerca de mi madre. Ella estaba poniendo bocaditos en una bandeja mientras él le hablaba al oído y con una mano le tocaba la cola por arriba de la pollera. Me ...
    ... alejé de allí antes de que notaran mi presencia. Me dio un poco de celos la escena, podía entender que él piropeara a mi madre; pero no me cabía en la cabeza cómo ella podía permitir que él la tocara de esa forma, no era un hombre de su nivel. Ella es una mujer dulce, hermosa, tierna... él es todo lo contrario, feo, calvo, panzón, brusco, bestia, y un montón de adjetivos descalificativos más que lo alejaban drásticamente de la liga en la que mi madre jugaba. Apreté los dientes recordando cómo él deslizaba su rústica mano por la suave y contorneada cola de mi madre y cómo ella sonreía tranquilamente. No aguanté la incertidumbre y volví sobre mis pasos. Espié una vez más hacia la cocina, refugiándome detrás del marco de la puerta. Ellos aún seguían uno junto al otro, al principio me había dado la impresión de que Luis susurraba frases guarras, pero escuchando atentamente me di cuenta que le comentaba lo linda que estaba la casa. Mi madre agradecía el cumplido y sonreía colocando uno a uno los pequeños bocaditos salados en la amplia bandeja plateada. Hacía caso omiso a esa mano de dedos nudosos que ahora presionaba levemente una de sus nalgas, parecía como si el tipo estuviera midiendo el aire dentro de un neumático. Apreté los puños cuando noté que arrimaba su bulto contra la otra nalga. La sonrisa del hombre calvo era completamente lujuriosa, estuve a punto de gritarle que soltara a mi madre pero de pronto escuché una risita femenina, como de adolescente siendo cortejada y tuve ...
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