1. No hay nada como una madura insatisfecha como Tere


    Fecha: 05/09/2017, Categorías: Sexo con Maduras Autor: cartuz, Fuente: RelatosEróticos

    ... momentos ojos para Tere. Nuestra mirada se cruzó, cuando me di cuenta que ella me observaba mirando a un espejo. Dirigí mi mirada al espejo y la guiñe un ojo, rápidamente miro para otro sitio. Llego una dependienta, se pusieron a hablar, eligiendo la dependienta ropa que le fue pasando a cada una. Dijo que ahora traía lo otro que le habían pedido y lo tendrían preparado. Mi madre la dijo que no se preocupase y señalándome a mí, que yo se las pasaría. Tere se quedó como un poco tensa, cuando oyó a mi madre. Una vez que la dependienta trajo la ropa que faltaba, me fui hacia los probadores, que se oía que había más gente, no tenía ni idea donde estarían ellas. Allí estaba yo en ese minúsculo pasillo. Oigo a Lola que dice… “¿Carlos estas ahí?, respondiéndola que sí, me acerco a donde he oído la voz, se abre la puerta y esta vestida con un vestido de los que se está probando, mira la ropa que llevo y coge parte de ella. Luego pasa lo mismo con mi madre. Oigo a mi madre y a Lola, diciendo que tienen dudas… pero la que no dice nada es Tere. Abrió Tere la puerta, me pillo fuera de juego, salió y cogió el resto de la ropa, me dio la espalda y se dirigía a su probador. Otra cosa no será, pero osado, atrevido y decidido, lo soy mucho. Y si la mujer me gusta no me da temor el sitio, todo lo contrario, me da mucho morbo. Seguí ese culito que me llamaba, metiéndome detrás de ella y poniendo el pestillo. Vi por el espejo su cara de asombro. A la vez que la comía el cuello, metí mi mano ...
    ... por detrás, no estaba mojada como antes, pero noté que a pesar de su “resistencia” su coñito la traicionaba, por lo rápido que se mojaba. La veía mordiéndose el labio, ya era mía, o eso creía yo. Con toda la tranquilidad del mundo y musitando, me dijo que ahora le tocaba a ella. Se dio la vuelta, me desabrocho el pantalón, me toco por encima del boxers y me dijo que me sentara en el asiendo que había, que lo pasaríamos bien, todo esto me lo dijo al oído con una voz muy sensual, mordiéndome al final el lóbulo de la oreja. Me tenía excitadísimo, cuando de pronto abre la puerta, que no me di cuenta cuando quito el pestillo, saliendo al pasillo, diciéndome en voz alta que le hiciera el favor de coger toda la ropa. Me recompuse como pude rápidamente y salí fuera. Ella me miraba y tenía sonrisa de una mujer perversa. Cuando salió mi madre y Lola, se acercaron a la dependienta y le dijeron lo que querían llevarse. Por detrás se me acerco Tere, en voz baja me dijo… -Por muy grande que seas, para mi sigues siendo un mocoso. No permito ciertas confianzas al gilipollas de mi marido y mucho menos a ti. (Dijo con cara de orgullo, victoria y de ser superior) En ese momento me dio igual todo, donde estábamos y con quien. Me di la vuelta y mirándola fijamente a los ojos dije… -No sé lo que le consientes o dejas de consentir al gilipollas de Ramón y no me importa. Pero sabes muy bien que nunca te habías mojado de esa manera y no te acuerdas de un orgasmo igual que el del metro. Pero lo más ...
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