Eso me pasa por andar en bolas
Fecha: 29/04/2019,
Categorías:
Voyerismo
Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos
... primeras cogiditas a mi garganta y con toda mi saliva que le goteaba de los huevos. ¡cuando venga mi mami le voy a decir que los denuncie, por violarme en mi propia casa!, dije, sin medir el impacto de mis palabras. El pibe me tiró sobre el sillón, me puso la verga en la boca mientras el paragua me pasaba la suya por las tetas, y me dijo: ¡mejor cállate la boca nenita, que la que nos provocó todo el día fuiste vos! Supe que el pibe se llamaba Renzo, porque don Enrique lo llamó desde el patio varias veces. Pero Renzo no pensaba más que en cogerme la boquita. ¡che pendex, y si le corremos la bombachita y se la damos toda por la concha?!, dijo el paraguayo con una sonrisa perversa pero mucho más compradora. ¡dale, pero que se la saque ella… después chupale bien esa conchita… dale nena, sacate la bombachita, y abrite bien de piernas!, dijo Renzo mientras me dejaba en libertad, aunque ninguno se me alejó demasiado para evitar mi posible fuga. Esperaron hasta que me la quité con lentitud, y el pibe quiso que la huela, que me la pase por la cara y que le lama la partecita de adelante. Mientras tanto, el paragua juntaba su rostro demacrado a mi sexo para olerme y lamerme la vagina. Yo gemía a duras penas, porque Renzo volvió a apropiarse de mis labores bucales en su pija, que no era tan rica como la del paraguayo. Les juro que me dolían los pezones de la calentura, y que nunca había deseado tanto una pija en lo más profundo de mi concha! El paragua ya hundía su lengua y dos dedos en ...
... ella, pero no era suficiente, a pesar de que sabía cómo moverlos, cómo comerse mis flujos y cómo calentarme hasta el culo cuando dos por tres me lo rozaba. Cuando el pibe me sacó su pene de la boca para frotarlo en mis gomas, tuve el valor de pedir. ¡cogeme paraguayo de mierda, rompeme la concha con esa pija, ahora! Y el hombre no se detuvo en cuestionamientos formales. Directamente dejó caer su cuerpo curtido sobre el mío, colocó su glande sencitivo en el umbral de mi vagina, y después de balbucear en mi cara jadeando: ¡así que la nena de la abogada quiere verguita?!, me la enterró para hacerme sentir su hambre de macho en cada penetrada que me regalaba. El otro se pajeaba contra mi rostro y me pedía lenguita en sus bolas. Pero, esa postura no podía durar toda la tarde, por lo que el pibe derramó toda su leche en mi boca apenas sus huesos y espíritu le ordenaban arquearse de placer ante la pasión de mi lengua y mis dientitos, repitiendo: ¡abrí la boca nenita, tragala toda, tomá la lecheee! El viejo se agitaba más a medida que su pija avanzaba y profundizaba sus arremetidas. Hasta que se le ocurrió sentarse una vez que el pibe me levantó, en el instante en que yo saboreaba su semen, y sentarme sobre él frente a frente, para con ese panorama seguir dándome por la concha y chuparme las tetas como un bebé salvaje. Renzo entretanto me pegaba en el culo y se pajeaba pidiéndome que me coja a su compañero como una putita de la calle, que gima y que le implore que deseaba su pija en ...