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Fabricando a la mujer perfecta
Fecha: 03/06/2019, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Aldebaran, Fuente: CuentoRelatos
... como una experta y pese a lo poco que sabía de sexo, era consciente de que estaba chupándomela como si fuera una actriz porno. Yo echaba la cabeza hacia atrás, mientras me moría de placer. Estaba a punto de correrme y como Lorena no era mujer real, no me importaba acabar en su boca. -¿Te gusta así? Me dijo ella. -Sí, sí, no te pares. Sigue, sigue. Di un respingo y me corrí en su boca. Chorros de semen la inundaron y después de unos espasmos me tranquilicé. Ahora tenía que terminar de completarla. Al día siguiente me levanté temprano. Preparé el desayuno y miré mis correos. No tenía nada interesante. Estaba recogiendo la mesa cuando sonó el teléfono. Contesté y era Raquel. Me dijo que vendría hoy porque su empresa la enviaba a revisar mi trabajo. Qué raro, pensé. Si les envío todo mi trabajo por e-mail. Ellos ya se encargan de revisarlo todo. No tardaría en darme cuenta de que porque venía a verme en realidad. Abrí la puerta cuando sonó el timbre y allí estaba Raquel vestida con un traje de chaqueta de color violeta oscuro. Llevaba su pelo recogido como la vez en que nos conocimos. Era preciosa. Cerró la puerta con el pie y me empujo hacía dentro. Nos besamos apasionadamente y acabamos en mi habitación. Me tumbó en la cama y me quitó la ropa violentamente. Ella se desnudó también y se soltó el pelo como aquella vez. -¿Tienes lubricante? Me preguntó. -Tengo gel ...
... hidratante en el baño. -Servirá. Volvió del baño con el gel y me lo echó por encima. Se tumbó encima de mí y acabamos los dos pringosos de gel. Entonces se levantó y me hizo una mamada riquísima. Subía y bajaba su boca como aquella vez en la limusina. Cuando mi pene estaba medio erecto, se puso encima de mí y colocó mi pene entre sus labios. Comenzó a frotarse contra el sin metérsela. Era maravilloso sentir como me masturbaba con sus labios sin penetración. Ella se mordía los labios porque estaba disfrutando como una loca. Después de un buen rato así, en el que creo que tuvo al menos un orgasmo, cogió mi pene y se lo metió dentro de su vagina sin preservativo. -¿Vamos a hacerlo a pelo? No me dio tiempo a decirle ni eso, porque entonces empezó a cabalgarme como una loca. Subía y bajaba presa de un éxtasis infinito y en pocos minutos me corrí dentro de ella sin condón ni nada. Después de eso, aproveché que ya sabía algo más de sexo y cogiéndola, la puse a cuatro patas y me fui yo el que me la follé apoyada al cabecero de la cama. La di varias embestidas fuertes y al poco rato volví a correrme dentro de ella. Me quedé así, dentro de ella, mientras mi pene perdía su erección y terminaba de gotear el semen que me quedaba. Se fue a la ducha y se vistió y se fue. No nos despedimos ni nada. Esa noche programé a Lorena para que fuera tan viciosa como Raquel. Continuará...