1. Tormenta de verano (1ª parte)


    Fecha: 17/06/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: amanuense, Fuente: xHamster

    ... cocina.–Carlos, ¿te puedo pedir una cosa?- preguntó con la voz más dulce que yo hubiera oído nunca. Afirmé con la cabeza. Ella sonrió con una mezcla de malicia y satisfacción, y prosiguió: una polla como ésta no la voy a volver a encontrar y… ¿me ayudarías a hacer realidad mis sueños?- dijo mientras que circundaba con uno de sus dedos, una y otra vez, en vueltas infinitas, mi capullo. Hacía ya mucho que yo no podía negarme a lo que fuera que ella me pidiera, así que volví a decir que si con la cabeza.- Bien, entonces ayúdame a bajar- Mis manos en sus caderas guiaron su movimiento. Antes de que quisiera darme cuenta, me había girado, arrinconándome contra la mesa. Me pidió que me sentara en ella y así lo hice. Siempre mi polla en su mano, Inma me miraba a los ojos y yo apenas podía sostener su mirada. Al cabo de unos instantes, dijo: ¿no me vas a pedir nada? Recordé lo que me había contado. En su sueño su marido se lo pedía, así que yo también debería de hacerlo.- Chu… chúpala- tartamudeé. Ella ladeó la cabeza, hizo un sonido desaprobatorio y dijo: Así no, recuerda, me lo tienes que ordenar. Respiré profundo, reuní fuerzas antes de dar un paso que creía definitivo, y forzando la voz para que resultara más adulta, dije: Cómeme la polla.Como un relámpago, una de esas sonrisas suyas cruzó su cara. Colocó su mano en la base de mi polla, tirando de la piel, haciendo que resplandeciera mi glande, dio un paso hacia atrás, e inclinando el tronco hacia delante fue descendiendo ...
    ... lentamente hasta posar sus labios en la punta de mi rabo. Me regaló un sonoro beso que consiguió erizar el vello de todo mi cuerpo, y tras unos segundos, abrió ligeramente la boca y dejó que mi polla se fuera adentrando en ella. El calor, la humedad, el suave rasgar de sus dientes, el choque con su paladar…todo unido a la excitación de la escena hacía que estuviera continuamente al borde del orgasmo. Afortunadamente aguanté para seguir disfrutando. Inma movía su cabeza arriba y abajo, lento, sintiéndome y haciéndome sentir... Yo nunca había manejado el dinero suficiente para comprobar las artes de las profesionales, pero… ¡joder!, la madre de mi amigo estaba mostrando una maestría en el mamar impropia de alguien que no acostumbra a hacerlo. Su saliva bañaba mi polla, sentía los aleteos de su lengua en mi glande, las caricias con las que mimaba mis cojones… No se me ocurrió pellizcarme para comprobar si aquello era real, aunque si hubiese sido un sueño tampoco hubiese querido despertar. La negrura de sus cabellos tapaba la mamada, y mientras contorsionaba mi cuello intentando ver cómo mi polla desaparecía en su boca, observé divertido que al inclinarse hacia delante, el escote de su camisón dejaba a la vista unos senos pequeñitos pero muy bien formados y coronados por, ahora ya no tenía que adivinarlos, unos pezones anchos y chatos que se intuían terriblemente duros. Estiré el brazo hasta colar la mano y sentir en mis dedos el tacto firme de sus pechos. Cada uno de mis dedos fue ...
«12...4567»