¡Mi hermana, mi mujer, ufff!
Fecha: 10/09/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos
... piscina y los niños se volvieron insoportables por lo que Ana decidió llevárselos a bañar esa misma tarde. A Gloria no le apetecía ir, detestaba las piscinas públicas. ¿Quieres venir conmigo? Así te despejarás de tanta herrumbre y tanto barniz. No lo pensé demasiado. De pequeños nos bañábamos en la gran alberca a las afueras del pueblo. Gloria tampoco venía por entonces con nosotros. Yo jugaba a ahogar a mi hermana pero ella era más ágil bajo el agua y siempre se zafaba. Las cosas habían cambiado mucho, pensé cuando entramos en la moderna piscina municipal, todo era nuevo, brillante, incluso el ambiente bullicioso del pasado se había transformado en algo aséptico y formal. No había mucha gente todavía. Sólo se oían los gritos de algunos niños y las zambullidas repetitivas con las que se retaban para demostrar quién llegaba más lejos o quién salpicaba con una mayor cantidad de agua. Ana salió del vestuario en un bikini azul, provocativo por su sencillez, por su rotunda naturalidad, parecía una talla ligeramente menor de la que necesitaba pero eso era algo relativo con estas prendas pensé. Las niñas se habían vestido con ella y ya salían disparadas hacia la cubeta de la piscina, mientras mi hermana las insistía para que tuvieran cuidado. Los niños hacía tiempo que estaban en el agua. Yo había tomado posesión de una tumbona a media sombra y Ana vino hacia mí. Se sentó en el borde a mi lado. ¿Quieres que nos bañemos? No me apetece ahora, quizás luego. Ana miraba a los ...
... chiquillos jugar en el agua. ¡Cómo disfrutan! Me traen tantos recuerdos.... De cuando te bañabas sin la parte de arriba del bikini. ¡Tonto! Éramos tan niños... Gloria hace top less cuando vamos a la playa. Yo soy muy vergonzosa. Pero se te nota más suelta cuando estás con ella. Ana se ruborizó. Bajó los ojos. Gloria es como beber un poco de vino, te desinhibe, siempre ha tenido ese efecto en mí. Ahora estos días estoy más relajada. Ya no me siento tan sola. Ana se acercó a mí. Yo estaba sentado con las piernas separadas mis pies apoyados en el suelo. Mi cabeza recostada en el cabecero de la tumbona. Ella se giro y se sentó delante de mí, apoyando su espalda contra mi pecho. Le pasé los brazos alrededor del cuerpo y la acerqué más a mí. Ella acomodó su cabeza contra mi hombro. Mis dedos empezaron a jugar con su ombligo envalentonados al ver que ella no me rechazaba. Se te ha puesto un cuerpo de escándalo, hermanita. ¡Ja, ja, ja! Serán los embarazos que me han hecho más voluptuosa; tu mujer sí que tiene un cuerpo de escándalo. Se rió mientras lo decía. Es verdad parecía mucho más feliz y relajada que al principio de las vacaciones.- Me gusta más el tuyo, es como más, más... Ana giró su cabeza en un escorzo para mirarme a los ojos. A ver lo que vas a decir. El cuerpo de Gloria es como un río encauzado perfecto, cuidado, el tuyo es como un torrente de montaña que se desborda cuando menos lo esperas, que te hace cosquillas, en las rodillas, en los muslos. Para, no sigas subiendo... Ana se ...