1. ¡Mi hermana, mi mujer, ufff!


    Fecha: 10/09/2017, Categorías: Incesto Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos

    ... la época en la que se destierran los recuerdos del pasado porque la vida que se abre ante nosotros nos parece la verdadera, y todo se resuelve con saludos corteses y fríos. Ahora los recuerdos sí que brotaban, ayudados por la verborrea de Andrés, que parecía recordar todas las travesuras de aquella pandilla de niños. Gloria le matizaba y le corregía y todos reíamos. Poco a poco, Jacinto y yo fuimos entrando en una conversación, mientras Andrés hacía reír sin parar a las chicas. Por él supe que ambos habían abandonado el pueblo en la misma época que nosotros. Ambos se habían casado y tenido hijos, aunque Andrés estaba divorciado desde hacía varios años. Ya le conoces, ya en nuestra época no le duraban casi nada los noviazgos. Un culo inquieto. Ellos no habían perdido el contacto, en parte porque vivían en la misma ciudad, pero su círculo de amistades era diferente, por lo que en realidad, sólo se veían unos días en vacaciones cuando ambos coincidían en el pueblo, y era entonces cuando ponían al día su amistad. A Andrés le había ido bien en los negocios, tenía un concesionario de coches. Jacinto era un oficinista diligente y oscuro con una vida organizada y aburrida, que con su habitual prudencia prefirió insinuarme antes que entrar en descripciones detalladas que estaba seguro no iban a interesarme. Era un buen tipo. Por un momento deseé no haberlo perdido como amigo. La música se hizo más lenta y romántica. Noté una pesada manaza en mi hombro. No me lo puedo creer, chico. ...
    ... Estas dos diosas son ya madres y por partida doble. Pero si parecen dos colegialas en su primera fiesta. Ya sabes que yo estaba enamorado de tu hermana. ¿Te acuerdas, no? Nunca me dejaba que la sacara a bailar. La muy.... Pero ahora se va enterar. Andrés agarró a mi hermana de la mano y se la llevó, casi arrastrando a la pista. Ella se negaba entre risas, pero acabó abrazada a aquel tipo mientras la música les hacía moverse suavemente arriba y abajo. Gloria aprovechó para sacar a su vez a bailar a Jacinto. El pobre me miraba pidiéndome permiso con los ojos. Yo pedí otro trago en la barra. Empezaba a sentirme algo borracho. Me quedé observando a las dos parejas y lo diferente que eran. Andrés se pegaba a mi hermana como una lapa, apretaba sus manos para atraer las caderas de ella, casi la llevaba en volandas. La cabeza de mi hermana se ladeaba apoyada en su pecho y sus labios se abrían, de vez en cuando para decir algo. Andrés la miraba y lanzaba una risotada, y luego intensificaba su abrazo hasta hacer desaparecer el rostro de Ana entre su camisa medio abierta. Gloria y Jacinto se movían discretamente. Ella coqueteaba con él, como hace a veces con otros hombres pero en general parecía más interesada en vigilar a la otra pareja. De hecho sus ojos se iban continuamente al baile de su cuñada e ignoraban las miradas y la conversación de Jacinto. Daba la sensación de que le había sacado a bailar para simplemente seguir más de cerca la evolución de los otros. Ellos, mientras tanto, ...
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