1. ¡Mi hermana, mi mujer, ufff!


    Fecha: 10/09/2017, Categorías: Incesto Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos

    ... localizarlos. Estaban en un rincón junto a una enorme maceta, abrazados. Se estaban besando, marreándose para ser más exactos. Mi ex-amigo estaba comiéndole la boca a mi hermana de una manera salvaje. La mordía los labios, la besaba bruscamente y se retiraba incorporándose en toda su estatura, entonces ella con la boca abierta buscaba de nuevo ansiosa los labios de él poniéndose de puntillas intentando alcanzarle. Andrés la agarraba por el culo alzándola levemente y se agachaba de nuevo encontrando otra vez la boca de ella, y así se enredaban en un nuevo beso salvaje. Las manazas de él apretaban el culo de mi hermana retirando el pequeño pantalón hacia arriba hasta que las nalgas de mi ella se hicieron claramente visibles. Le daba pequeños cachetes, variando el ángulo y la posición y ella respondía estremeciéndose, separándose un momento de él para coger aire para suspirar y sonreírle, y acto seguido volver a llenarse la boca con su lengua. Pronto las bragas de Ana se hicieron visibles. Eran negras aunque en la distancia no podía distinguir el género. Miré alrededor, otras parejas se besaban, bailaban, bebían, algunos hombres solos miraban a su alrededor, Gloria estaba absorta, contemplando la escena. Se la va a follar, cielo. Esta misma noche. No creo. No... no lo creo ¿No? Es un cazador y ya tiene presa. De repente Andrés le dio la vuelta a Ana y nos la puso de frente. Sin cortarse lo más mínimo empezó a acariciarle los pechos por encima de la camiseta, con suavidad, ...
    ... discreta pero rotundamente. Ella se dejaba hacer con una sonrisa. Le agarraba las manos por las muñecas y seguía los movimientos circulares de él alrededor de sus tetas. De esta manera le acompañó en el viaje por su cuerpo cuando bajó hasta su cintura, cuando enrolló su camiseta para destapar su ombligo y acariciarlo, cuando bajó hasta sus muslos evitando la protuberancia evidente de su monte de venus, claramente perfilado por ese short levantado y estirado hasta lo imposible. Le acompañó también cuando finalmente, con un golpe seco atrajo las caderas de ella hacia su entrepierna. Ella emitió un suspiro y sonrió. Sus ojos se posaron en mí, un instante. Me miró fijamente mientras Andrés la abrazaba y la mordía el cuello. Me miraba mientras la lengua de él acariciaba sus orejas. Me miraba... luego impaciente se dio la vuelta y empezaron a morrearse de nuevo. Yo estaba bien jodido; después de lo esta mañana Ana no se me iba de la cabeza y sentía su olor y su piel más cerca que nunca. La deseaba con locura, ahora, desnudado de racionalidad por el alcohol me lo podía decir a mí mismo. Me moría por follarla. Toda mi vida había estado esperando el momento de follármela. Y ahora, aparecía un cabrón de mierda procedente del puto pasado y en apenas en un par de horas había conseguido ponerla a punto, y dentro de poco la iba a ajustar de verdad. Ana se volvió un momento y me miró fugazmente. Sus ojos parecieron decir, he esperado pero ya ves se te han adelantado. Quizás todo eran ...
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