¡Mi hermana, mi mujer, ufff!
Fecha: 10/09/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos
... sorpresa cuando me vio. Se hizo a un lado y me dejó pasar. Estaba sorprendentemente bonita, con una falda sencilla y una blusa entallada. Olía a rosas. ¿Y los niños? Este fin de semana les toca con su padre. Lo tienes todo bastante bonito, – (mi mirada recorrió todo el salón unido al hall de entrada; no estaba seguro de encontrarla sola)-. Espero no pillarte en mal momento. ¡Oh, no, tranquilo!, iba a comer algo y luego ver la tele. ¿Te preparo algo? No tengo hambre. Gloria no... No, no ha venido. Dani, siento tanto lo que ocurrió, me siento tan avergonzada por todo, cuando no estaba excitada estaba borracha, si pudiera borrar...- Se puso a llorar, titubeando, no sabía si avanzar hacia mí y abrazarme o retirarse más atrás. La cogí por los hombros y la atraje hacia mí. ¿Qué parte quieres borrar? Todas. Me porté como una puta y con mi propio hermano, ¡Dios mío! ¡Vamos Ana!, quieres borrar también lo de la piscina, quieres borrar lo que te dije, ¿no te gustó? No es eso, pero no está bien. La apreté más fuerte. Ella intentaba retirarse pero le daba vergüenza oponer resistencia. Supongo que consideraba haberme humillado bastante. Sentía sus pechos, el olor de su pelo. La agarré del culo firmemente y la apreté contra mi paquete, sentía como mi verga crecía aplastándose contra su vientre. No quiero Dani, no está bien. ¿No está bien; me vas a humillar otra vez, dejándome como un trapo? Ya me mostraste en el pueblo que no me considerabas un hombre. Levantó la cabeza y me miró. Sus ...
... ojos estaban llenos de lágrimas. Claro que te considero un hombre, ¿qué dices? Aproveché que había levantado la cabeza y la besé en la boca con algo de violencia. Ella no la abrió, ahora si intentó separarse, pero no se lo permití. La agarré del costado y empecé a desabotonar su blusa. Ella se volvía, intentaba detener mis manos, yo la besaba de nuevo. ¡Déjame bruto! No, no voy a dejarte, he venido a terminar lo que empecé. Sé que es lo que ambos queremos. No puedes follarte a tu hermana. No sé si debo, pero sí que lo haré. La blusa había desaparecido ya y en un movimiento rápido le saqué las tetas por encima del sujetador y comencé a lamerlas, despacio. Sentía las manos de Ana intentando separar mi cabeza de su cuerpo, su uñas arañando sin convicción mis hombros. Tenía los pezones grandes y sonrosados, no estaban erectos todavía, pero su grosor me excitaba. Los succioné despacio, alternado mis labios con lengüetazos que recorrían todo el pecho. Cuando las manos de mi hermana perdieron presión me incorporé y la besé de nuevo. Seguía con los labios cerrados pero no hizo además de retirar la cabeza. Conduje sus brazos hacia su espalda y los sujeté con una de mis manos mientras le mordía el cuello. No tenía ganas de decirle cosas bonitas como el otro día. He oído que te gustan últimamente mucho los coños, que te gusta chuparlos hasta que se convierten en un manantial. Déjame. Hoy no vas a tener suerte, nena, Hoy toca rabo. Dani, por favor déjame. Le bajé la falda. Llevaba unas ...