1. Historia del chip (040): Una mujer de mundo (Kim 015)


    Fecha: 06/02/2018, Categorías: Grandes Relatos, Dominación Autor: chopin, Fuente: CuentoRelatos

    ... Todavía no estaba muy lleno el estadio y pudieron colocarse en la décima fila, bastante cerca del escenario. —No creo que pueda aguantar de pie durante todo el concierto, Roger— confesó Kim con pesar. —No pretendo que lo hagas, amor— dijo Roger. Amor. Realmente estaba contento de tenerla desnuda en un concierto, de la sesión en el baño y de las pinzas con borlas pesadas. —¿Y cuál es la idea? — preguntó intrigada. Allí no iban a poder sentarse. —Te subiré de cuando en cuando— explicó Roger como si no tuviese la menor importancia. Kim se quedó de piedra. —Va a ser difícil cuando esté todo esto lleno de gente— objetó. —Pues practiquemos. Roger se agachó doblando las piernas y esperó a que Kim pasase una pierna sobre su cabeza. A Kim ese gesto la excitaba con sólo pensar en él. Demasiados viajes al bosque en moto. Pero no iba a realizarlo en un callejón desierto o en un bosque solitario, sino en mitad de un estadio repleto de gente. Con esos tacones la dificultad era máxima y lo único que se le ocurría era alejarse ligeramente y abrir más de lo necesario las piernas. Pero era flexible: sus piernas ya estaban delante del pecho de Roger, que la elevó agarrándola de los muslos. Kim pensó que su culo estaría a la altura adecuada para ser apreciado sin cortapisas. Sin contar que iba a ser contemplada por medio estadio. Roger la mantuvo un par de minutos arriba antes de bajarla. Fue cuando Kim comprobó que los tacones parecían kilométricos y que, si iban a estar prácticamente ocultos ...
    ... entre la maraña de piernas, no dejarían de anunciarse a voces cada vez que se subiese o bajase Roger fue delicado al ayudarla a descender y Kim tuvo que volver a abrir las piernas y elevar una de ellas más de lo recomendable para poder pasar por su cabeza. Por precaución, tenía agarrado una muñeca, sabedor de la dificultad del proceso con esos tacones. —Fantástico. Sigues igual de ágil y elástica— reconoció Roger. —Practico voleibol y natación, señor. Además de follar con medio planeta— añadió con cierto humor. —Quizás molestemos si me elevas. —Claro que vamos a molestar. Pero nadie va a protestar. ¿Sabes de algo mejor que ver un buen concierto con una mujer bella y desnuda en tu línea de visión? —Me estás comprando, señor taimado. Nunca me has llamado bella. Pero si protestan, no subiré más a tu nuca y me buscaré un negrata mientras tú te dedicas a la música. —Es un trato. Si otra mujer se desnuda y es elevada, tendrás un orgasmo aquí. Uno por cada chica que se muestre desnuda y arriba. Kim se quedó sorprendida. —¿Me permitirás más orgasmos? ¿El prometido no está incluido? —Claro que no. Y los otros son por tu falta de fe. Estarás arriba durante tres canciones, justo al final de la tercera tendrás el orgasmo. Espero que sea elocuente pero silencioso. Luego reposaremos otras tres canciones. Era divertido ver a Roger negociar, cuando simplemente podía ordenárselo. Kim sabía que habría más mujeres desnudas en el concierto, sólo dudaba que alguna otra se atreviese a subirse. Y ...
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