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El dia de San Martín
Fecha: 16/03/2018, Categorías: Otras Categorías, Fantasías Eróticas Autor: GabrielledelD, Fuente: CuentoRelatos
... apostados junto al río. Cómodamente instalados se dispusieron a agotar los minutos estrictamente necesarios para cazar algo antes de partir comentando las desgracias que aquejaban a Rivendel en los últimos tiempos. Y entonces ocurrió lo que nunca se pudieron imaginar. La puerta de la casa se abrió y una figura apareció en el umbral: era Eowyn... y estaba totalmente desnuda. No era un producto de su imaginación, una inmensa luna llena iluminaba la escena. Ante los atónitos ojos de Gandalf y de Sam la muchacha portando un buen fardo de troncos preparó una hoguera. Una vez encendida se dirigió al río sumergiendo su cuerpo hasta su cintura y lanzándose aguadillas sobre su cabeza y hombros. Sus generosos y orondos pechos saltaban cada vez que sus brazos se alzaban mostrando unas pobladas axilas claramente visibles. Los dos viudos olvidando la tarea que les traía sacaron al unísono sus vergas para masturbarse ante esa visión tan turbadora. Tras un buen rato remojándose Eowyn volvió a tierra firme cual exuberante Venus surgiendo de las aguas. Las llamas iluminaron entonces todo el esplendor de sus blancas y mullidas carnes y sus rubios cabellos que le caían graciosamente por todo su cuerpo llegándole hasta la cintura y que apenas ocultaban sus vellosidades y oquedades, redondeces y protuberancias. y entonces una nueva sorpresa sacudió a los dos hombres: Eowyn se puso a bailar, y no forma precisamente académica. Aquello era una lujuriosa concatenación de movimientos sinuosos y ...
... ondulantes, claramente pornográficos acompañados de gemidos y jadeos. Más que una danza erótica aquello era más propio de un siniestro aquelarre. Sam y Gandalf estaban paralizados de terror. Sin duda alguna Eowyn era una bruja. Por si aquello fuera poco la endemoniada inició entonces una serie de movimientos espasmódicos acompañados de aullidos de ultratumba. A la llamada no tardaron en aparecer negras figuras del bosque lejano: eran lobos. Ante los sobrecogidos ojos de los amedrentados hombres Eowyn se arrodillo sin dejar de aullar y el animal más grande, sin lugar a dudas el jefe de la manada puso sus patas sobre su espalda y la cubrió. Los gruñidos de placer retumbaron por todo el valle mientras tras el jefe, el resto de las alimañas la montaron una detrás de otra hasta saciarse. Más de cuatro horas duró el demoniaco espectáculo mientras Sam y Gandalf, presos de verdadero pánico, no se atrevían a mover un solo músculo. Finalmente la manada volvió a las montañas y Eowyn tras sumergirse de nuevo en las aguas del río se retiró al interior de su casa. Cuando Sam y Gandalf se sintieron por fin seguros salieron a todo correr hacia Rivendel sin parar ni a recoger sus presas. No se sintieron tranquilos hasta entrar en casa del burgomaestre donde vaciaron una botella de aguardiente para curar sus emociones y apaciguar sus ánimos hasta la temprana asamblea comunal convocada a primera hora. La reunión iba a tener lugar antes de la misa y contra lo que pudiera creerse no tenía como motivo ...