1. Infiel por mi culpa. Puta por obligación (40)


    Fecha: 09/03/2024, Categorías: Grandes Relatos, Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... tal vez sí. O quizás sean los mismos, «muñequita», solo que aprovechan la luz del día para hacer los contactos necesarios, y beneficiarse de las sombras nocturnas, con la secuaz estrechez de las calles, para ubicar con tranquilidad a quien les dispense la droga que ansían desde temprano, y algo de la extrema acción sexual que desean ver y practicar. —Enfatizó.
    
    —La Pili, se esmeró en guiarnos, mientras yo, debido a los altos tacones de mis zapatos, hacia equilibrio con ellos, caminando sobre las piedras romas y humedecidas de las ceñidas calles. —Camilo toma el cenicero y al estar recostado sobre la baranda de madera, lentamente se deja caer al suelo, escuchándome con atención, mientras de sus labios no se quiere apartar, el tramo amarillo de su cigarrillo.
    
    —Hay mucho «pirobito» homosexual dispuesto, querida, y «combos» de muchachitas menores de edad, que ofrecen sus servicios de compañía mediante tarjetas de presentación. La mayoría son administradas por gente adinerada, que también alquila las habitaciones de estas casas, para consumar la perdición. Y otras edificaciones, son prestadas para organizar fiestas y eventos como al que vamos a asistir, sin mayores reparos, pues son herencias familiares casi abandonadas, salvo los fines de semana. Fachadas de casas viejas, pero por dentro corazón, sus estructuras se utilizan para otros cuentos.
    
    —Lloviznaba todavía, cuando se detuvo frente a un portal de madera, totalmente pintado de verde manzana. Félix y Eduardo nos ...
    ... flanquearon, y escucharon con claridad el final de su descripción.
    
    —Pero también viven personas muy cultas y bastante intelectuales, sibaritas refinados, escritores bohemios, músicos y artistas, sin distinguir sin son los más famosos en la Tv, o los influyentes miembros de las redes sociales. También concurren los anónimos maestros, en el callejero arte de divertir a los transeúntes, y sobrevivir a la inclemencia del día, mendigando sus monedas. Con todos ellos, hemos formado una especie de club privado, para conversar de arte y poesía, intercambiar conceptos filosóficos, y discutir tesis sobre la ética o las costumbres de culturas lejanas, con varios amigos extranjeros. Incluso hemos llegado a sorprendernos con algunas prácticas que han estado perdidas. Y ya entrada la madrugada, en ocasiones muy puntuales, tratamos de satisfacer otros temas de nuestro interés. —Y al concluir su explicación, con tres golpes dio a conocer al interior de aquella casa, su llegada.
    
    —Una pequeña ventana se abrió, y ella arremangándose la esquina del chal y luego la manga de su blusa tejida en lana, frente a ella colocó aquel tatuaje, y los goznes de la puerta chirriaron macabramente, cediéndonos el paso. Ya dentro en una circular estancia, el hombre y la mujer que nos dieron la muda bienvenida, recogieron los abrigos y los sacos, su bolso y el mío. Sin cedernos el paso, ni decir ni una sola palabra, nos indicaron que, sobre una bandeja de plata, dejáramos nuestros teléfonos celulares.
    
    —La ...
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