Infiel por mi culpa. Puta por obligación (40)
Fecha: 09/03/2024,
Categorías:
Grandes Relatos,
Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos
... amarillas sobre estantes de madera y velones altos en el suelo; manilas y sogas desenrolladas, cuerdas que tensaban la piel de alguna mujer, decorando el ambiente con ella suspendida en el aire, en una posición extrañamente ofrecida. Cadenas y esposas, inmovilizando a un hombre desnudo a una equis de madera oscurecida y de espaldas a nosotros los espectadores, una mujer entrada en años y algo obesa, le plantaba en las nalgas y en la espalda, varios latigazos.
—¡Más duro! —Le solicitaba a la mujer, un fornido hombre vestido de frac y con una máscara de piel marrón, cubriéndole el rostro.
—¡Son marido y mujer! No te preocupes, muñequita. Por lo visto esta semana él esposo, no se ha portado muy bien y el corneador lo quiere reprender. —Me comentó.
—Rollos de terciopelos carmesíes, cubrían las paredes de otra de aquellas habitaciones. Personas de diferentes edades y colores de piel, entraban, permanecían un tiempo y salían. Diversas escenas orgiásticas, pero en cada una de ellas, mucho de castigo por gusto, y dolorosas humillaciones por placer y lujuria. ¡Puff! Demasiados golpes secos, algunos gritos desgarradores, y bastantes gemidos placenteros. Todo un mundo desconocido, presentado en vivo y en directo, con mucho sadismo, expuesto ante mis ojos.
—¿Te gustó? —le indago a Mariana, pues quiero sonsacarle, si por eso o por esa otra mujer, su actitud y apetencia sexual, cambió nuestra intimidad.
—Eso mismo me preguntó María del Pilar, pero a tu inquietud, ella le ...
... agregó una proposición a futuro.
—¿Cuándo practicamos, Blanca Nieves? —Indagó con suspicacia, y dejé que mi cordura se envileciera bajo la apasionada tonalidad de su voz.
—¡Un día de estos, bruja malvada! Cuando me le pueda perder a este par de enanos. —Le susurré a su oído, y le planté un sonoro beso en la mejilla.
—¿No hicieron nada más? ¿No te obligaron a hacer algo raro esa vez? —Le pregunto, pues recuerdo un aparte de los mensajes que constaban en el informe, donde Eduardo y ella, intercambiaban opiniones y nombraban a la famosa presentadora, comentando entre ellos, sus extravagantes gustos. Eduardo le insinuaba probar, y Mariana sencillamente admitía que le gustaría experimentar.
—Sí, cielo. De hecho, salimos los tres en dirección al costado derecho, hacia el costado occidental de la casona. Allí en medio de un salón muy amplio, estaban otras personas, todas glamorosamente vestidas, sentadas en cómodos sofás y sillones de piel de lagarto, algunos hombres fumando puros cubanos, y las mujeres, no todas, cigarrillos normales, dialogando entre sí, ajenos al parecer de lo que ocurría en las otras estancias de la casa. Se saludaron afectuosamente con María del Pilar y ella nos fue presentando, uno a uno.
—Recuerdo a un francés muy alto y flaco, elegante, fumando pipa, y con algún cargo importante en la embajada de su país. También a una chica rubia de cabello corto semi ondulado, que reconocí de inmediato, actriz y presentadora de noticias, al parecer muy amiga de ...