1. Infiel por mi culpa. Puta por obligación (40)


    Fecha: 09/03/2024, Categorías: Grandes Relatos, Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... aquel odioso compañero tuyo. ¡Que equivocadas estaban mis sospechas!
    
    Finalmente deja de observarme y baja la cabeza, resignada. Endereza la espalda y con ese movimiento la vuelve a elevar. Se le tensa el cuello, y el hoyuelo en su mentón apunta directamente hacia mí. Tras limpiarse la nariz, matizando ese absorbente sonido con el carraspeo, dos veces consecutivas en su garganta, Mariana me da a entender que está a punto de aclárame algo… ¡Algo más!
    
    —En su cabello enmarañado y decolorado, en porciones rubios por delante de mechones más oscuros, y otros naturalmente canosos, parecía radicar su temperamento rebelde, dominante y autoritario. Pero en el plenilunio de sus redondos ojos, taciturna, sus impulsos reflejados en ellos, cedían ante mi firme decisión.
    
    —Ella también lo deseó desde un principio, pero respetó mi decisión de no «utilizarlo», porque era privativo de mi marido. ¡Puff!
    
    —Esas propiedades tan exclusivas del matrimonio, –y por eso lo detesto tanto– son las que precisamente hacen más divertido el arte del engaño, y al mismo tiempo, más deseable pecar, para ambas partes. La fidelidad para mí, pequeña Blanca Nieves, nada tiene que ver con el «hacer», sino con el «no sentir». Nada tiene que ver, lo que con nuestros cuerpos hacemos o nos dejamos hacer, con lo que justamente se siente en el corazón, al regresar de donde partimos, y nos invade la felicidad ante el palpitante renacer nuestro, en un simple abrazo, de esa única persona a la que si amamos. —A La ...
    ... Pili, le encantaba filosofar, en algún descanso de nuestras vespertinas y esporádicas sesiones de obediencia y dominación.
    
    —En un momento del atardecer, con ella aspirando su cacho de marihuana, observando las arboladas colinas de su propiedad, donde la convencí finalmente de aprovechar ese paisaje para colocar unos glampings, lucrándose del creciente turismo en la región, y yo aspirando la venenosa nicotina de mi cigarrillo, por broma más que por deseo, utilicé para provocarla, la expresiva frase que usabas conmigo para sentenciarme el futuro de una de nuestras noches de sexo, con una leve modificación en el pronombre y su provocadora posesión. «Este culo será tuyo algún día, claro que sí, pues solo a ti, este asterisco te guiña el ojo y te coquetea».
    
    A Camilo le noto afligido, tras revelarle haber formado parte de mi engaño, estando ausente, pero siempre presente cuando necesitaba con urgencia, uno de sus abrazos al volver junto a él. ¿Le cuento o no le cuento, como sucedió? Ya lo destrocé. ¿Qué importa ya, untarme más de mierda, sino me voy a salvar?
    
    —Una tarde, estando ella encimo mío, abrazándome después de hacerle un buen sexo oral que la desgonzó sobre mi rostro, me besaba el cuello y la clavícula vecina, noté que abría con sus piernas las mías, intentando posicionar aquel miembro artificial más abajo de mi vagina encharcada, pero sin preparación no me sentí capaz de dejarle avanzar más. Logré evitarla, moviendo mi cadera hacia un lado, bastantes veces, pero ...
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