Infiel por mi culpa. Puta por obligación (40)
Fecha: 09/03/2024,
Categorías:
Grandes Relatos,
Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos
... esta?!
—Más, sin embargo, esa sonrisa de ficticia felicidad, ocultaba a los flashes de las cámaras y al calor de las luminarias en el set del telediario, o en las portadas de las revistas donde la entrevistaban, un alma rota. Y a pesar de aparentar en las pantallas, ser tan fácil de amar y, por lo tanto, hacerse desear, realmente en su intimidad era otra. Complicada y difícil de comprender para aquellos que no la tenían tan de cerca.
—De figura esbelta, carne firme, boca besable, piel blanca ligeramente bronceada desde la base del cuello hacia abajo, con sus pechos pequeños pero muy firmes, como los tenía yo antes; pezones de un rosa oscuro, duros, erectos al instante de sentir un leve roce, y el vientre plano, ligeramente marcado, indicando a la visión de quien se lo observara, el camino hacia un pubis aniñado, depilado por completo, y con los labios mayores de su vagina, floreciendo como pétalos de un bello tulipán, destacando en medio del arco que se le forma en la parte alta de sus muslos. Todas esas características la convirtieron tras varios encuentros furtivos, en una de mis fantasías sexuales favoritas. Y allí, donde tú no tenías cabida al principio, con esos comienzos egoístas, me llegué a asustar.
—Fue tan avasallador el sentimiento por querer estar continuamente a su lado, que necesité urgentemente hablarlo con alguien más. Pensé confesarme con una de mis amigas de la universidad, pero la cercanía y amabilidad de Iryna, me hicieron decantarme por ella y, ...
... confesarle esas ultimas sensaciones; por supuesto, revelarle mis comienzos de puta obligada e infiel esposa por mi estúpida idea de venganza y protección, así que una tarde al comenzar diciembre, sentadas en el parque, mientras Mateo jugaba con sus amiguitos, le hice un resumen de todo y en parte descansé.
—Entonces, nuestra vecina rusa, ya lo sabía todo… ¿Cuando pasó lo nuestro?
—Sí, Camilo. Creo que, por eso mismo, Iryna se tomó la licencia de meterse contigo. La enteré de buena parte de mi agonía pasada y luego de cómo, La Pili, se convertía con el pasar de los días en una de mis clientas preferidas, aunque su compra no la tuviera muy definida. Le confesé que me gustaba estar cerca de ella y compartir sus charlas hablando sobre el arte contemporáneo, escucharla cantar baladas románticas en portugués, y pasar tiempo admirando su hermosura, respetando sus silencios mientras se fumaba varios porros, repasándose con la punta de la lengua los labios, al tomarse dos copas seguidas de vino tinto, porque la relajaba y de paso, le llegaban a su mente imágenes con ideas que la ponían muy cachonda.
—Fueron varios los momentos inicialmente, en que mi mente, –estando las dos rodeadas de muchas personas– la imaginaba sola para mí… Para el deleite de mi boca y las manos, deseando recorrer sin premura esas piernas largas y llamativas, vigorosas y encantadoras, sin llegar a ser muy membrudas, que la destacaban en la pantalla chica. Dejé que mis deseos dominaran mi racionalidad, ...