1. CARTUZ y su peculiar fiesta de carnavales


    Fecha: 11/03/2024, Categorías: Confesiones Autor: Adri40, Fuente: TodoRelatos

    ... hizo una reflexión sobre los dos que estaban erectos –si esos ya están así y sin haber empezado el “mambo” no van a durar dos sentadas- porque claro, al tener que sentarnos encima de alguno al parar la música...
    
    Se sientan los hombres, bajan las luces, quedándonos casi a oscuras, pero encienden una luz de esas que lo blanco se ve como violeta y se ve lo suficiente quedando el ambiente idóneo. Duraron una sentada, porque en la segunda, como decía una de las más avispadas –ya están todas las pollas saludando- y Zaira me decía con gran entusiasmo –perra no me habías dicho nada del portento de tu amigo, ya si funciona eso debe ser la leche- me dio la risa y en cuanto pude le dije –ya te digo que es la leche y mucha leche- Zaira me dijo que era hora de comprobar, sin especificar el que, aunque no había que tener mucha imaginación para saberlo. La siguiente se sentó sobre Carlos y como había que esperar hasta que las dos que habían perdido fueran desposeídas de una prenda, los hombres aprovechaban muy bien el tiempo. Porque a mí ya me habían tocado todo. La cara de Zaira cambió, me hizo un guiño de aprobación y se disputaba con las demás sentarse encima de Carlos.
    
    En uno de esos vaivenes, la cara de Zaira se transformó, ya se había sentado encima de Carlos un montón de veces, pero esta fue distinta. Se inició la música y dijo que se había torcido el tobillo, quedándose encima de Carlos, por eso la penalizaron y tuvo que quitarse una prenda. Cuando se la quitaron ya lo ...
    ... entendí. Porque una vez que se la quitaron pude ver que era la única prenda que llevaba, estaba convencida de que se la había metido. Se quiera o no se quiera, en ese juego todos acaban empalmados y todas mojadas, es algo inevitable y como había pronosticado Zaira, los dos que estaban empalmados desde el principio no aguantaron. El juego se terminó y quedamos más o menos todos desnudos. Nadie se volvió a vestir, fui al baño y Zaira se vino conmigo, me reconoció que estaba cachonda y que pocas veces la habían puesto de esa manera y también me reconoció que Carlos, según sus palabras le había dado un “puntazo” y a mi pregunta de qué se refería por puntazo me contestó –pues que casi me la saca por la garganta y madre mia que caliente la tiene, es que te llena completamente. ¿Como es follando? Porque está claro que tú te lo has follado-
    
    Le dije que era verdad, pero que no sabía cómo explicarlo, porque igual era dulce que dominante, suave que severo y ella solo le quedó algo –¿dominante? GUAU lo único que le faltaba, MADRE MIA- y a su pregunta de cómo pasa de un estado a otro le dije que solo era necesario provocarle. Salimos del baño y vimos que ya algunos estaban en plena faena, no muchos, pero algunos. Ella y yo nos sentamos en un asiento grande y luego vino Carlos, que se sentó en un extremo quedando Zaira en medio. Su marido Milo se sentó en el respaldo entre ella y yo. No tuvo que insistir mucho a su mujer, porque le puso la mano en el cuello por detrás y sin esforzarse la guió ...
«12...456...»