CARTUZ y su peculiar fiesta de carnavales
Fecha: 11/03/2024,
Categorías:
Confesiones
Autor: Adri40, Fuente: TodoRelatos
... hacia abajo en dirección a la polla de Carlos. Se ahorró los preliminares y se metió la polla en la boca de golpe, puso mucho entusiasmo, Carlos se dejó caer hacia el respaldo, señal de que la muchacha trabaja bien.
Se incorpora con la respiración entrecortada y los ojos vidriosos, mira a su marido le sonríe y me mira a mí, sin esperármelo me da un beso con lengua, con sabor a todo y luego se lo da a su marido. Carlos nos dice que le acompañemos y nos lleva a una habitación extraña, porque hay varios divanes y unas mesas largas con un tapete rojo que están llenas de todo tipo de utensilios para sesiones de sexo más allá del BDSM normal o suave. Zaira ni se fija, ya va obsesionada porque carlos se la folle no lo disimula, tampoco me extraña, porque, aunque el marido esté físicamente potable, su polla comprada con la de Carlos era una minucia, que no quiere decir que estuviera mal del todo.
Zaira quería que Carlos la follara a pelo, carlos no quería y Milo animaba a Carlos diciéndole que a él no le importaba, que era más que le gustaba, no lograron que Carlos cambiase de opinión, el caso que se puso el condón y ella se sentó encima de él y tardó segundos en meterse la polla. Carlos se dejó caer sobre el diván quedando tumbado mientras ella lo montaba, me miro me saco la lengua provocativamente y tampoco me lo pensé, me senté sobre su boca de frente a Zaira, la lengua de Carlos que es terriblemente diabólica me puso a cien en décimas de segundo, su lengua es ...
... combinación perfecta entre una polla pequeña y un vibrador, porque se mete por cualquier sitio y la mueve con una velocidad y destreza única. Muchas veces he llegado a pensar que se entrenaba con ella. Ver a Zaira a la cual siempre he dicho que estaba muy bien además de ser muy guapa, sentada delante de mí follando y yo sentada en la boca de Carlos, es algo que nunca hubiera pensado posible ni en fantasías.
Nos mirábamos al principio sin más. Según fue subiendo nuestra calentura nuestras miradas eran de deseo y de pronto, las dos a la vez, ninguna fue la primera, nos acercamos como atraídas por un imán y nos empezamos a besar, a tocarnos los pechos y a acariciar nuestros clítoris. Nuestros orgasmos fueron devastadores y lo podían indicar nuestros gemidos desaforados o más bien nuestros gritos. Zaira no sé por cómo me corrí, quiso cambiar las posiciones y al rato de ponerse en la boca de Carlos me lo decía -su polla ya no es normal ni en el tamaño ni en la dureza, pero además arde de dulce, porque hace que se sienta de manera única y la lengua, DIOS MÍO, qué lengua, es antinatural- y empezó a gritar, estaba teniendo un orgasmo, seguido de otro y otro, cada uno más intenso, tuvo varios de forma escalonada, parecía que se mareaba. No le prestaba nada más que la atención justa, porque me encontraba en el cielo con la polla de Carlos dentro de mí.
Zaira con la ayuda de su marido se quitó de encima de Carlos, estaba devastada por el placer obtenido y me llego un orgasmo que trate de ...