El Hombre de la Casa 11: Masajes
Fecha: 13/03/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: Kurosko, Fuente: TodoRelatos
... mejilla, lo cual era algo poco usual; a diferencia del beso en la boca que me dio Raquel. La sala seguía con los muebles recorridos para dar espacio a la mesa plegable, la cual llegó al mediodía gracias a los empleados del almacén. Desde que mamá trabajaba allí, siempre compraba todo allí por las facilidades que le daban como empleada, me imagino que ahora que tenía un puesto más alto, no le fue difícil acelerar la entrega.
Era grande, muy grande. Había comprado algo más pro que lo que había imaginado y casi me voy de espaldas cuando vi el precio en Internet. Así era ella, si algo tenía mamá era que jamás escatimó en apoyarnos en cuanto a estudios se refiere, supongo que a falta de una colegiatura universitaria, esta era otra forma de mostrarme todo su apoyo como madre. Me conmoví y algo en mi interior terminó por convencerse de que tendría que darlo todo.
Busqué en Internet y salí a visitar un centro de estudios que ofrecía cursos de masajista enfocados al spa y no a fisioterapia, lo cual implicaba estudiar medicina. Vi los precios y en ese momento, mamá tendría que alegrarse de que quisiera estudiar esto y no aviación o medicina.
Volví a casa y mamá me recibió con comida china, le avisé por mensajes lo que haría esa tarde, tan pronto le dije que sí tomaría el curso, sus brazos me estrujaron y una que otra vértebra se me alineó, si yo me haría masajista, ella podría ser quiropráctica tal vez. Terminamos de comer y me acercó una bolsa con lociones y aceites que ...
... compró antes de venir a comer y se despidió. Ella podía trabajar su turno de corrido pero ese día decidió tomarse su break de 2 horas para venir a comer a casa, ver la cama y entregarme las lociones.
—Le dije a Raquel que llegue temprano, parece que le tocará estrenar la cama. Quiero que practiques hoy antes de que mañana llegue Tere —Su amiga—. No hagan cochinadas sobre la cama, te lo ruego, por favor. ¡Ah! Se me olvidó comprar toallas, hoy las traigo en la noche, usa una porque quién sabe si esos productos sean difíciles de limpiar en las fundas. ¡Chau!
Me besó en la mejilla y yo me quedé un poco descolocado con toda esa cascada de cosas que me había soltado. Eso de tener momentos de sanidad dentro de tanta locura cortan el rollo, pero feo. Me puse a leer las etiquetas de aquellas botellas e investigué un poco en Internet para qué servían cada una. Para cuando llegó mi hermanita, había acomodado todo para empezar cuanto antes y terminar antes de que llegara Julia.
—¿En serio mamá dijo eso? —dijo mientras acomodaba en el sofá la ropa que ya se había quitado.
—“Nada de cochinadas” —intenté imitar la voz de mamá y ambos nos reímos.
—¡Rayos! Es que está en todo, de veras —bromeó mientras se recostaba sobre la cama y acomodaba la cara en el orificio designado para ello.
Le coloqué un pequeño trapo que usaba para lavar en la cocina sobre la separación de sus glúteos, lo había calentado con un poco de agua y metiéndola en el microondas. También calenté mis manos ...