La impuntualidad me cobró factura - Relatos Eróticos

La impuntualidad me cobró factura

... arriba de medio muslo de color azul oscuro metálico pegado, con mi nueva cintura ya me animaba a vestirme más al cuerpo en ocasiones, el escote era poco pronunciado pero se lograba ver la parte superior de mis senos bien pegados uno al otro y grandes por el bra que llevaba de encaje todo en negro, mis hombros y pecho descubiertos por los delgados tirantes y una tanga negra de flores con encaje, el plug anal que ya casi en todos los encuentros lo usaba de "regalo sorpresa" y decidí ponerme unas botas negras de gamuza justo por arriba de las rodillas muy altas del tacón, hacía frio así que me puse un abrigo blanco que me llegaba hasta justo abajo de las rodillas, solo abroché los dos botones superiores así que al caminar y sentarme se podían ver mis piernas, me veía entre elegante, inocente y atrevida, me gustó el resultado. Precisamente aquí es donde se presentó el problema, me distraje tanto en mi arreglo que me di cuenta que para la cita faltaban 15 minutos cuando el camino era de 25 almenos más lo que tardara el uber, lo pedí pero tardó casi 10 minutos en llegar, avisé al cliente y me contestó con un seco "ok", tenía 5 para llegar pero era imposible, el trayecto se alargó a 30 minutos, avisé del nuevo retraso pero el cliente ya no me contestó y temí lo peor, el servicio ya estaba pagado, Mario me iba a matar, llegué y ni me esperé a que el conductor me diera el cambio pero había llegado tarde, el portón nunca se abrió por mas que le hablé y le avisé, se me acercó una mujer ...

... y me comentó que el cliente se había retirado, era una situación muy penosa porque no suelo ir tanto a moteles, las personas que me vieron fueron suficientes para morir de la verguenza y me temblaban las manos porque la señora no me quitaba la mirada mientras yo le hablaba insistentemente al cliente que obvio nunca contestó, no me quedo de otra y tuve que abandonar el lugar mas no sabía que hacer, Mario me iba a matar cuando el cliente le hablara para reclamar el monto o hacer una nueva cita. Salí decepcionada, caminé y me senté en una barda que había a unas dos cuadras del motel porque tendría que esperar a Mario a que pasara por mi pero eso tardaría un buen rato. El motel es lindo y con cierto lujo pero me queda muy retirado de la casa y esta en una zona relativamente poblada, hay una universidad, algunas maquilas y las casas son complejos cerrados así que no hay mucha gente pasando, solo algunos autos de los colonos y camiones que salen de las fábricas.

Aproximadamente a los 10 minutos un carro comenzó a dar vueltas por la zona y me entró un poco de miedo ya que no es una zona que conozca, había estado ahí solo una ocasión. Decidí levantarme y acercarme al motel para sentirme más segura pero el auto volvió a acercarse, era oscuro y tenia vidrios polarizados y esta vez se estacionó a mi lado y la ventana del pasajero se abrió.

-Hola cariño, ¿estas ocupada?, no pude ver bien al tipo pero se escuchaba la voz de un hombre maduro.

-Hola, si ya estoy esperando a que me ...