Dominada y humillada 14
Fecha: 15/03/2024,
Categorías:
Dominación / BDSM,
Autor: DomStor, Fuente: TodoRelatos
... que colgaba de mi pelo, haciendo que el tanga se metiera por mi conchita y el plug se clavara hasta el fondo.
- Puedes vestirte perra, nos vamos. - Añadió Melani.
- Sí, ama. - Contesté mientras me ponía la minifalda y la blusa, dejando a la vista el tanga que sobresalía por encima de mi falda hasta media espalda.
Una vez vestida, me ató una correa plateada al collar, dejándome atada como la perra que debía ser, y me llevó hasta la puerta.
- Me ha gustado tu visita, espero que cumplas tus nuevas obligaciones, esclava.
- Por supuesto, majestad.
Juan y Megan se despidieron de Melani y, acto seguido, salimos al portal. Los fuertes tirones que Melani hacía en mi correa y su visible cara de cabreo resaltaban su malestar que, según suponía, debía estar causado por el hecho de que su novio se acabara de acostar con mi hermana en frente suyo. Sea por el motivo que fuera, lo que estaba claro es que yo era quien iba a pagar su malestar.
Si limpiando las ventanas con mis pechos me sentía ridícula, caminando por la calle con el tanga ensalivado, estirado hasta media espalda y llevada por una correa, me hacía pasar aún más vergüenza. En casa tenía la absurda sensación de, al menos, estar protegida por un cristal, pero en la calle me sentía totalmente expuesta. Al llegar al coche, le abrí la puerta del asiento del conductor, y ella se sentó, dejando sus piernas fuera del coche.
- Límpiame los zapatos, perra. No quiero ensuciar el coche.
- Por supuesto, ama.
No ...
... quería quedarme más tiempo en la calle en esa situación, así que me puse a cuatro patas y empecé a lamer sus zapatos lo más rápido que pude.
- Mueve tu culito, que tienes admiradores.
Muerta de vergüenza, a sabiendas de que tenía mi culo completamente a la vista de cualquiera que paseara por la zona, empecé a mover el culo sin dejar de lamer, y escuché unas risitas detrás mío. Al acabar de limpiarle los dos zapatos, me permitió subir en el asiento del copiloto y arrancó el coche.
Finalmente, aparcó en un barrio con casas lujosas y jardines grandes. Al bajar, me hizo ponerme a cuatro patas y empezó a tirar de mi correa.
- Ladra perra.
- Bub, bub.
- ¡Más fuerte! Quiero que llames la atención.
¿Más de lo que ya lo hago? Pensé, indignada.
- Bub! Bub, Bub!
Pude ver como algunos vecinos se asomaban por la ventana. Por suerte, rápidamente entramos en la entrada de una casa, aunque mi ama no llamó al timbre, sino que me hizo seguir ladrando en la puerta, a modo de timbre. Finalmente, la puerta se abrió, y pude ver a una de mis señoras, Cláudia.
- Jaja, que timbre más práctico. Pasad, que los invitados llegarán pronto.
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Muchas gracias por vuestros comentarios. Vuestras ideas y sugerencias me motivan a escribir el siguiente relato lo antes posible. ¿Qué pasará en casa de Cláudia? Para daros alguna pista os diré que Noelia y Sara van a empezar a ser más conocidas como las zorritas de ...