Dos pares de gemelas (18)
Fecha: 23/03/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: tauro47, Fuente: TodoRelatos
... me llamó para decirme que en su casa me había dejado, con Clara, unos prospectos y una tarjeta para una Agencia de Viajes que conocía, para contratar el viaje de Luna de Miel, ellas no estaría porque iban a ver unas cosas para el piso.
Cuando entré, Clara me oyó y salió para recibirme, me contó lo mismo que dijo Teresa y de paso me preguntó si se me había pasado el mal humor del ascensor. Me di cuenta de que la había tratado mal y quise compensarle, la cogí por la cintura y la encaminé a su habitación, ella no salía de su asombro, después de saber todos los proyectos de la casa, había perdido las esperanzas, pero cuando yo la fui desnudando poco a poco vio que la cosa iba en serio.
Toda la furia que le demostré el día anterior ahora fue delicadeza y suavidad, la chica me sorprendió también porque desde que lo hicimos últimamente había cambiado bastante, había adelgazado y estilizado de una forma su figura que ahora era la más bonita de la escalera.
Como estábamos solos en casa disfrutamos sin límite, follamos de todas las poses hasta que descansamos, entonces ella se levantó, y desnuda como iba, salió de la habitación, descalza.
Esperé un momento y enseguida subió a la cama otra vez, en su mano traía el consolador que yo le regalé a Rosa.
Clara no me dejó hablar, enseguida encontró el botón oculto de puesta en marcha y aquello empezó a vibrar. No hizo falta explicarle adonde debía meterlo y se lo puso de manera que le“atacaba” el coño y el clítoris, al momento ...
... los ojos se le cerraban de gusto, yo la miré sorprendido y le aconsejé que se agachara sobre la cama y sin decirle nada aproveché que el culo lo tenía todavía húmedo de sus jugos y mientras aquello se revolvía en su interior le metí la polla por detrás, en el culo.
Ella quedó pasmada, sin esperarlo estaba siendo penetrada por dos pollas a la vez, lo nunca pensado o quizá una fantasía imposible, pero al darse cuenta se volvió y me lo agradeció con un beso al aire, agachándose más, para que entrara a fondo igual que el aparato.
Clara no se había corrido nunca con aquel entusiasmo, yo no esperé y la llené de leche al mismo tiempo que aquello me rozaba la verga por dentro de Clara, ella cogida a la sábana con fuerza y yo a sus caderas tuvimos una serie de convulsiones que no cesaron hasta que el roce de mis huevos en el pulsador del aparato lo paró.
En la Agencia de Viajes me recibió una chica preciosa, no es que fuera muy guapa, pero se arreglaba las facciones que sabía que llamaban la tención y estaba que quitaba el hipo. Teresa había hablado con ella, conocía a su padre, que era el jefe y le pidió que me recomendara un viaje de Luna de Miel, que fuera extraordinario en todo, costara lo que costara.
Le pregunté por varias opciones, me comentó todo lo que podía ser, desde las islas del Indico a el Extremo Oriente o Estados Unidos o México, incluso a Australia, pero a mí me pareció excesivo, muchas horas de avión para llegar cansado, preferí una ciudad europea, bonita ...