1. Una preciosidad de hijita 6


    Fecha: 01/04/2024, Categorías: Incesto Autor: Pata negra, Fuente: SexoSinTabues30

    ... abertura de Blanca Nieves, ahora desflorada para siempre, quien lanzaba grititos de placer mientras se ahogaba atragantada con la otra verga enhiesta metida hasta lo más profundo de su garganta. Después de algunos minutos de constante bombeo el enano gritó y se derramó dentro de la rajita de la chica descargando enormes chorros de semen en su intrincado bollito. Me di perfecta cuenta de eso porque al sacar su pito de adentro del conejito inundado de Blanca Nieves, éste goteaba gruesos copos de material lechoso. No bien había acabado de salirse de la prisión meridiana de la chica, cuando otro de los enanos tomó su lugar. Éste, más aprovechado que su compañero, levantó enseguida las largas y hermosas piernas de la damisela y las abrió hacia un lado como se abren las hojas de una ventana, en tanto le colocaba la punta de su tolete en su epicentro y la penetraba con saña y salvajismo. La rubia joven volvió a lanzar un grito ahogado, mas yo no estaba tan segura si era de dolor o de gozo, pues en su boca comenzaba a perfilarse una especie de sonrisa placentera que me cautivó. La algarabía que se armó dentro de la pequeña cabaña era estridente. Tanto mi tía como yo nos gozábamos al máximo disfrutando de aquellas geniales imágenes animadas que nos ponían tan calientes que tuvimos que abrazarnos apretando nuestros cuerpos con fuerza.
    
    «-El abrazo bastó para que ella comenzara a meter sus manos bajo mi vestidito irrumpiendo con suavidad entre los pliegues de mi calzón. Sus dedos se ...
    ... introdujeron bajo la tela y buscaron con avidez el rotundo huequito de mi entrepierna. Cuando su inquieta falange halló cobijo en mi hendidura se fue hundiendo con delicadeza en mi breve oquedad humedecida. Ante la sutileza de su experto manoseo yo no pude evitar emitir un gemido de deseo que despertó en mi tía la más ambiciosa lascivia, pues comenzó a invadir mi virginal cuquita dedeándome con sabrosura exquisita, sin que ninguna de las dos dejara de ver hacia la pantalla. Las calientes escenas de la película seguían su curso mientras nosotras cada vez nos abandonábamos más al íntimo jugueteo que ella había iniciado conmigo. Habiendo llegado al extremo del deseo, mi tía me sugirió:
    
    -Elsi…por qué no apagamos eso y nos vamos mejor a mi cuarto? …quieres, linda?
    
    -Si, tía, sería mejor…
    
    Ella apagó el aparato y me tomó de la mano. Prácticamente corrimos escaleras arriba hasta llegar a su dormitorio. Ella trancó la puerta por dentro y me tendió en la cama, presa de la lujuria. Advertí que su vista se hallaba nublada a causa del deseo y sus movimientos eran casi torpes, pues cuando empezó a quitarme la ropa las manos le temblaban como una gelatina. Desde luego que yo tampoco pude sustraerme al tremendo influjo de las imágenes vistas en el televisor, pues sentía mi respiración tan agitada como su hubiese corrido sin parar varias calles. Con evidentes gestos que aludían a la brama que sentía, tía Rebe se quitó todas sus prendas hasta que la ví desnuda frente a mi. Arrebatada ...
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