GINA: LA HISTORIA Tercera parte
Fecha: 11/04/2024,
Categorías:
Transexuales
Autor: andrea, Fuente: TodoRelatos
... Andrea, ahora si encontraste una verga que te llenará. Comentó alguien. Si se la mete en el culo, la va a matar; dijo alguien más. Yo estaba increíblemente caliente y le dije a Ricardo que si me quería coger. ¿Podrás aguantarla?, me preguntó. Hasta ahora ninguna mujer la a aguantado toda, ¿te arriesgas?. Lo intentaré, solo deja que sea yo quien la guíe, ¿está bien?. Le pedí que se acostara completamente en el sofá y acaballándome sobre él, le pedí a dos de mis compañeros que me ayudaran a abrir todo lo que pudieran mis nalgas.
Me fui sentando lentamente hasta que sentí el glande en el borde de mi culo. Les pedí a mis ayudantes que me abrieran bien y me quise sentar un poco más. ¡Era demasiado!, sentí como si mil filosos cuchillos abrieran mi ano. Me levanté de un salto gritando y llorando de dolor. Ricardo se asustó y corrió a abrazarme pidiéndome perdón. Me tenté el culo para ver si no me había desgarrado y encontré sangre. Los compañeros, asustados también, me cargaron y me acostaron boca abajo y uno de ellos tomo papel sanitario y me taponeó, pues pensó que me había desgarrado profundamente. Les pedí que me dieran de beber algo fuerte para anestesiarme un poco y les dije que se calmaran, que no había pasado nada grave.
Ya un poco más repuesta, le pedí a Ricardo que lo volviéramos a intentar, pero él se rehusó diciendo que no quería dañarme, que mejor así lo dejáramos. No Ricardo, le dije, no podría estar calmada si no lo intento otra vez, soy una perra en celo que ...
... lo único que quiere ahorita es sentir tu verga hasta lo más profundo de mi culo. Como ya estaba un poco borracha, no me importaba comportarme como puta. Él estaba también un poco tomado y además en un estado de excitación que era difícil de esconder. Le pedí que se volviera a acostar y mis compañeros me pedían que no lo hiciera, pues podría resultar seriamente dañada. No me importa si me muero, les dije, no voy a dejar que esa verga se quede sin llenar mi culo; así que ayúdenme. Pongan mucho lubricante, en mi culo y en su verga; y sosténganla para que no se resbale y se vaya para otro lado. Me volví a acomodar encima de Ricardo y sentí que unos dedos llenaban mi orificio de lubricante.
Unas manos me abrieron las nalgas todo lo que pudieron y sentí la tremenda cabeza acomodada en mi culo. Sabía que si lo hacía lentamente, volvería a dolerme como antes, así que cerrando los ojos y apretando los labios, me dejé caer de un solo golpe en el inmenso garrote. Di un fuerte grito y me sentí desgajada. Pero ya tenía la verga de Ricardo completamente clavada en mis entrañas. Me quisieron levantar al ver mi sufrimiento, pero me negué a ello. Mis ojos estaban anegados de lágrimas pero el dolor ya estaba pasando. Ricardo no se movía y le pregunté que si no estaba lastimado. Me dolió un poco; me dijo, pero ya estoy bien. ¿Tu no estas lastimada?; me preguntó. No amor mío, solo déjame sentirla así, sin movernos un ratito; le contesté. Mis compañeros aplaudieron y decían: ¡Es increíble como ...