GINA: LA HISTORIA Tercera parte - Relatos Eróticos

GINA: LA HISTORIA Tercera parte

... regresando muy maltratado y psicológicamente traumado. Algunas veces tuve que curarlo de golpes y heridas en su ano, pues parece ser que buscaba solo sementales muy bien dotados. No pasó mucho tiempo para que lo despidiera, pues además se me "perdía" dinero; no mucho pero sí notoriamente. Así que cerré este capítulo de mi vida quedándome sola en mi departamento.

Desde luego que sexo no me faltaba, pues entre mis compañeros de trabajo no faltaban candidatos discretos y accesibles que les gustaba verme vestida como la mujer que siempre he sido. Pero como la romántica empedernida que siempre he sido, me faltaba en quien descargar mi amor, mi afecto. Alguien a quien poder atender, servir, hacerlo sentir como mi marido o como mi amo. Los ocasionales acompañantes que tenía, no aceptaban quedarse a vivir conmigo; si acaso, se quedaban un fin de semana y ya. Algunos volvían otro día, pero solo para cogerme en plan de puta, y sin pagar. Esto no es que me molestara, pero yo si necesitaba a alguien a mi lado en forma permanente.

Un día que me hallaba en la cafetería de la estación de televisión charlando con algunos compañeros y poniéndonos de acuerdo para una reunión ese fin de semana, llegó un antiguo compañero de la escuela, de quien casi no me acordaba pues pocas veces me había fijado en él. Ricardo, me acordé de su nombre. Dirigiéndose directamente a mí, me saludó afectuosamente; lo presenté con los demás y lo invité a sentarse. Al principio se sintió un poco cohibido, pero ...

... el ambiente de camaradería lo hizo que se sintiera a gusto rápidamente. Le comenté de la reunión que estábamos planeando y aceptó asistir. Le pregunté entonces que andaba haciendo por ahí, que si solo había pasado a saludarme. La verdad; me dijo, es que estoy buscando trabajo, me salí de la fábrica donde estaba pues es muy deprimente estar haciendo lo mismo hora tras hora, día tras día. Te comprendo; le dije. Déjame ver con mi jefe si hay algún puesto para ti. Te agradeceré infinitamente que me ayudes; me dijo, pues en realidad me hace falta. Aunque para mí era muy fácil conseguirle el trabajo, no se lo hice saber, pues deseaba investigar un poco sobre su vida y su comportamiento. Aclaro que en ese momento jamás me pasó por la cabeza tener algún tipo de relación íntima con él, pues la verdad no llamaba mi atención en ese sentido.

Llegó el viernes y yo le había dicho a Ricardo que ese día le diría si iba a trabajar o no. Le había pedido que me hiciera una solicitud de trabajo (para yo investigar), y aunque ya había mi jefe aceptado en darle trabajo, yo no se lo dije a él. Nos vimos en la estación de televisión en la tarde para de ahí irnos a mi departamento, donde iba a ser la reunión. Cabe mencionar que en esas reuniones, siempre acababa apareándome con los participantes, pues todos conocían mis preferencias sexuales, y desde luego, yo participaba vestida y hacía un strip-tease, al final del cual me rodeaban todos con las vergas fuera de su pantalón y algunos desnudos. Esa ...