1. Las desventuras de Elvira y Valeria


    Fecha: 16/04/2024, Categorías: Dominación / BDSM, Autor: Catalina, Fuente: TodoRelatos

    ... esconder su aversión delante de ellas dos, aunque solía cambiar los malos modales por palabras envenenadas dirigidos a minar la moral de ellas sin que sospechasen nunca de sus intenciones.
    
    —Espero que lo pasarais bien.
    
    —Desde luego, tu hermano tenía la nevera llena y no le importó que picoteáramos algo.
    
    «Encima, glotona. No sé ni cómo lo hace para mantenerse tan delgada sin ser atleta como yo».
    
    —Sígueme, tengo el coche aparcado aquí. Menudo fastidio tener que volver al trabajo ahora.
    
    —Bueno, no te preocupes. Realmente solo estoy un rato, llevo casi todo el trabajo hecho de casa. Volcaré los datos en una hoja de cálculo de la oficina, haré unas cositas que me quedaron pendientes y listo, hasta el lunes. ¿Tenéis algo planeado para este fin de semana? —Preguntó mientras llegaban al coche. No quería parecer hostil y dejar en mal lugar a su marido. No se quitó la chaqueta porque en aquel momento estaban en invierno y aquel día era especialmente frío. En ocasiones se acordaba de las cada vez más usuales esclavas callejeras, que iban y venían desnudas y se tenían que resguardar juntas dentro de contenedores o en campamentos de mendigos.
    
    —Alguna cosa, sí. Pero nada importante.
    
    Feli iba a sentarse en el asiento del copiloto, pero Néstor señaló los asientos traseros y ella no se atrevió a replicar. Prefería no enfrentarse a los hombres, especialmente teniendo en cuenta las historias que se oían últimamente. Por el camino trató de evitar la mirada del joven por el ...
    ... espejo retrovisor interior, pero se dio cuenta de que lo que él estaba mirando no eran precisamente sus ojos sino su entrepierna, cubierta por las cada vez más comunes bragas transparentes, las únicas que se podían encontrar en aquellos tiempos. «Maldita sea, he tenido que ponerme falda justo hoy… tonta de mí».
    
    Cuando llegaron Néstor dejó a Feli frente a la puerta de la fábrica y ésta vio cómo el coche se alejaba rápidamente antes de abrir y entrar. Aún quedaban un par de personas, el vigilante y una fempleada que, en aquel momento, se estaba encargando de terminar de preparar los sistemas de alimentación de las esclavas de la empresa. Al fin y al cabo, algo tendrían que comer mientras pasaba el fin de semana, aunque su alimentación no fuera precisamente copiosa. Mientras la boca de las esclavas no fuera usada por ninguno de los díscolos trabajadores o de los hombres de la oficina, los cuales tenían acceso a cualquiera de ellas, sus bocas estaba unidas a una suerte de gruesos cables que vertían constantemente alimento líquido, en este caso Pig Cum, dentro de la boca de los varios cientos de mujeres.
    
    Feli subió las escaleras de madera que llevaban a la oficina principal y encendió las luces antes de caminar hasta su escritorio y dejar su bolso y chaqueta sobre la silla. Encendió el ordenador y descubrió que había un papel amarillo con adhesivo pegado en la esquina de la pantalla. Frunció el ceño. Aquello no podía ser suyo. Ahí era donde ella ponía sus tareas diarias para ...
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