Las desventuras de Elvira y Valeria
Fecha: 16/04/2024,
Categorías:
Dominación / BDSM,
Autor: Catalina, Fuente: TodoRelatos
... mecanismo colocó a la esclava boca abajo. Antes de continuar, agarró el cable de alimentación, que se hallaba suspendido sobre ella, y tiró para ponerlo dentro de la boca de la esclava, que no se atrevió a pedirle nada más. La máquina entonces la colocó boca abajo y Feli movió el cable hasta situarlo en una apertura en el lateral que permitía hacer hueco para cables y otros accesorios antes de poder cerrar la tapa del barril, aunque antes de hacerlo abrió las nalgas de la esclava en busca de alguna pista más, pero no vio ninguna.
Se detuvo mirando el dildo que tenía en la mano y no pudo evitar una exclamación cuando vio que podía abrirse y, al hacerlo, descubrió un USB dentro. Lo sostuvo con la boca, cerró el dildo y, al no saber qué hacer con él, lo metió dentro del reseco culo de la esclava, lamentando el daño que le estaba causando pero no estando dispuesta a correr su misma suerte por tocar lo que no debía.
Se dio la vuelta y abrió algunos barriles contiguos. Ni rastro de ningún otro consolador, tampoco vio una sola esclava boca arriba. Desde luego la nota le había arrojado las coordenadas correctas. Apretó la memoria USB en su mano, lo mejor sería cerrar ya la fábrica y ver qué archivos tenía dentro el dispositivo USB ya en casa.
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María trató sin éxito de decir algo. El calcetín que tenía metido en la boca no dejaba salir una sola palabra.
Había cinco personas en aquella espaciosa habitación. Un hombre joven con su pareja rubia y perfecta, ...
... un hombre maduro que no había levantado la vista del periódico en ningún momento y una esclava desnuda que limpiaba los platos tras un copioso almuerzo de tarde y ella misma, una mujer de unos 30 años que únicamente trataba de sobrevivir y de ascender en la escala social lo más rápido posible, aunque sin demasiado éxito.
—Te he preguntado, puta, si mi novia te ha tratado bien mientras no estábamos.
La joven asintió con la cabeza tratando de decir lo que fuera. Tenía claro que era mejor no enfadar a aquel tipo, al fin y al cabo la que debía de ser su pareja le había prometido que si obedecía la dejarían marchar y además le pagarían 100 dólares. Sin embargo se encontraban en el mar y tenía miedo de que cambiaran de idea. Vio como la novia se descalzaba utilizando su otro pie y como, al instante, la esclava que limpiaba los platos dejaba de hacerlo y corría mientras sus tetas rebotaban para colocarse bajo los pies de su dueña.
—Es normal que esta puta negrita diga que sí—dijo con un gesto de irritación en la cara—, pero mi dignidad vale más que su palabra de mierda y te diré, amor, que no ha comido nada en todo el día. Nada salvo mi coño… pero realmente no ha servido de mucho. Con todas las esclavas que puedo sacar de la casa de mi papá, o de las tuyas propias, absolutamente todas blancas y perfectas, ¿por qué narices buscas una villera como esta? Probablemente sea boliviana.
María trató de decir algo y Néstor le sacó el calcetín de la boca antes de volver a ...