1. Profesor de mis hermanas (XI: Paz en el Verdor)


    Fecha: 27/04/2024, Categorías: Incesto Autor: Nightwing1000, Fuente: TodoRelatos

    ... enormes pechos con ambas manos. Nuevamente, no lo oculté.
    
    —Sí, así mismo.
    
    —La oscuridad es lo mío, León… quiero que cuando me folles lo hagas así, de noche, bajo la luz de la luna, me tomarás y… mmmmmm, mmmmmmmmmm… me… me he corrido…
    
    —Ahhh, Paz, Paz… ¡Paaaaaaaaz!
    
    Le agarré fuerte las tetas, incliné mi cuerpo hasta que mi torso se recostó en su espalda arqueada, la abracé con fuerza, y saqué como pude mi polla de mis pantalones, eyaculando potentemente en una de las nalgas de mi hermana, chorreando de blanco su tersa piel, solo de imaginar lo que me estaba diciendo. Un fuerte olor a semen inundó la zona mientras Paz y yo respirábamos entrecortadamente.
    
    —Oh… Oh, hermano, no creí que… —Miró hacia atrás, el rostro cubierto de sudor. Pero sonriente, cosa que me puso a mil. Jamás había visto a la reservada y controlada Paz tan ruborizada, sensible y frágil. Su sonrisa era tan brillante y dulce como la de Sol o de Flor—. Madre mía, esto fue… León, qué…
    
    —Ufff, ufff… no he terminado contigo.
    
    —¿Qué? L-León, ¿qué estás…? ¡Ah! —preguntó, con cierta sorpresa, y tuve que callarla con mi mano para que no gritara cuando le bajé y quité los shorts de gimnasio, dejándola solo con unas delgadas bragas negras.
    
    Volví a presionar mi polla contra su culo, esta vez no debajo de mis pantalones, sino que directamente contra su piel, tocando su coño a través de la delgada tela de su ropa interior. Con mi otra mano tomé su cola de caballo y comencé a bombear contra su culo una ...
    ... vez más. Mi erección no había terminado a pesar de la fuerte eyaculación.
    
    —¡Toma! ¡Toma, Paz! —le hablé con fuerza, pero directo a su oído para que nadie nos oyera.
    
    —León, oh por dios… —gimió, diciendo lo que la más atea de una familia de ateos jamás había dicho—, León, me vas a matar… estás tan duro, tan fuerte, ¿así follaste a Mar y Sol? No puedo creerlo, mmmmm, mmmmmmm, me voy a volver loca, y ni siquiera me la estás metiendo… Si lo haces, oh por dios, de imaginarlo… ahhhh, mmmmmmm
    
    La punta de mi pene estaba muy cerca de sus agujeros, apenas cubiertos por las bragas. Si las corría tan solo a un poco a un lado, la penetraría. Deseaba hacerlo, pero si lo hacía la enfurecería. Quizás la paciencia tendría su recompensa. Además, la manera en que sus nalgas presionaban contra mi miembro desnudo era increíble, se sentía sensacional.
    
    —¡Paz! Ahhh, ahhhh, ¡toma, hermana! ¡Toma mi polla! —exclamé en su oído, tirando con fuerza de su cola de caballo, haciéndola balbucear como si hubiera perdido la capacidad de hablar.
    
    —Ahhhh, nopuedoaaahh, maaaaa, eooonnnn oohhdiooooahhhhmmm, ah, fueeeertehhhh, siiiiiiii
    
    —Voy a correrme de nuevo, ¡Paz, voy de nuevo!
    
    —En mibocaaaaa, bocaaaahhhh
    
    Se hizo a un lado. Me tomó la polla con la mano, se inclinó hacia adelante y guio la punta hacia su lengua, que esperaba afuera con ansias. Mi segunda eyaculación no tardó, y aunque no fue tan abundante como la primera, fue quizás más espesa y cremosa, y Paz se la tragó enseguida, devorando ...
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