Lujuria en la reunión familiar (2) - Relatos Eróticos

Lujuria en la reunión familiar (2)

... la normalidad que pude. No cabían dudas. Se trataba de la chica que me había cogido hacía unos meses. No había margen para el error. Se metió en la casa con el tío para saludar al resto de la familia.

Rosina volvió a su actitud de antes, que consistía básicamente en ignorarme, a pesar de que ahora estábamos jugando un partido de truco. De hecho parecía esforzarse mucho para que yo notara que me estaba ignorando, cosa que me parecía incoherente. Pero no me preocupaba. No podía dejar de pensar en mi nueva tía. Era increíble lo bien que había simulado no conocerme. ¿O sería que me había olvidado?

—Axel —dijo Juanjo, sacándome de mi ensimismamiento—. Cantaron los tantos —advirtió, señalando a nuestros contrincantes con un gesto de cabeza.

—Ah, em. No quiero —respondí.

Hice lo posible por concentrarme en la partida, pero estaba jugando muy mal. Nos ganaron sin que siquiera pasemos las malas.

—Te echaste a perder en este tiempo —dijo Juanjo—. Antes jugabas bien.

—Es que me falta práctica, hace rato que no juego —dije—. Perdón. Pero ya vamos a tener tiempo para la revancha.

Unas horas después me vi obligado a estar cara a cara con Zoe, pues era la hora de la cena. Por ser la primera noche, y por todas las molestias que se tomaron, mamá quiso incluir a Elvio y a su familia.

Así que éramos muchos, y pensé que Eugenia podría distraerme un poco. Pero justamente la hermosa negrita me distrajo solo un poco y nada más que eso. Por más que quisiera evitarlo, no ...

... podía dejar de pensar en mi nueva tía, que además estaba sentada frente a mí, en diagonal.

Obviamente fue la estrella de la noche. La aniquilaron a preguntas, con lo que logré tener mucha más información de la que había sacado aquella noche. Aunque seguía prefiriendo haber conocido el sabor de su culo, obviamente.

Hubo un dato en particular que me perturbó. Salía con el tío hacia poco menos de un año. Lo que significaba que lo había hecho cornudo con su propio sobrino. Me indigné ante tal panorama, pues pensé que si se acostó conmigo sin conocerme, quién sabía con cuantos tipos había engañado al pobre tío Julio.

También volví a meditar sobre lo natural que se mostró cuando el tío nos presentó. Se me ocurrió que quizás me había visto en alguna foto, aunque no recordaba que Juanjo o Matías tuvieran fotos conmigo en sus redes sociales. No obstante, no se me ocurría otra manera de explicar su sorprendente actitud, salvo que fuera una talentosa actriz.

La noche se hacía larga. Fingí que me sentía un poco mal y me metí en la cama, aunque igual no podía dormir.

Pasando la medianoche golpearon mi puerta suavemente. Me exalté. Lo primero que pensé fue que se trataba de Zoe, que iba a pedirme discreción o alguna cosa por el estilo. Pero si había sido lo suficientemente loca como para hacer eso, yo le diría unas cuantas cosas que no pensaba guardarme.

Pero cuando abrí la puerta me encontré con Matías. Tenía en la mano una botella de whisky. Mamá era muy rígida con respecto ...