1. FANTASÍA CANINA (corregido)


    Fecha: 13/05/2024, Categorías: Zoofilia Autor: littlepancake, Fuente: TodoRelatos

    ... permitió que entrara mi lengua al interior de su cavidad bucal y que su lengua y la mía se enredasen en una batalla de lenguas, poco común entre can y humana, y que provocaron tal grado de excitación, que ambos nos corrimos una vez más, al mismo tiempo y tan abundantemente, que sus jugos y mi semen se derramaron por los bordes de la ardiente vagina.
    
    Su orgasmo fue tal que le provocó un ligero desmayo, yo me salí de ella y comencé a lamer los abundantes fluidos que se derramaban de la rubia y sensual cuquita, mientras ella seguía disfrutando de su sensual venida.
    
    Cuando terminé de sorber sus jugos mezclados con los míos, pose una de mis patas en su delicada pierna, y comencé a gemir como un cachorrito, dándole a entender con estos gestos que quería volver a poseerla, pero ahora en la posición natural de los perros. despertando de su momentáneo desmayo, volvió a tomar mi cabeza con sus divinas manitas y depositando un ardoroso beso en mis perrunos labios, me dijo:
    
    Y uniendo la acción a la palabra, se bajó del sillón, se dio vuelta y apoyando su sensual torso y sus hermosos brazos en el mismo, abrió ligeramente sus bellas piernas quedando con su ardiente culito en pompa, adoptando la postura semejante a la de la hembra del perro, y en la que se apreciaban los labios de su ardiente vagina y el rosadito orificio de su ojete anal, expuestos a mi total disposición.
    
    Yo, ni tardo ni perezoso, me monte en ella, posicionando mi totalmente erguida verga en la entrada de la ...
    ... dispuesta cuquita. picoteando por unos instantes la ardiente entradita, mi verga encontró el caliente hoyito, y de un solo empujón, se la metí hasta el fondo. ella gimió de dolor y placer, pues al parecer, a pesar de que ya teníamos un año de coger juntos según ella mencionó, su jugosa panochita aún seguía siendo muy estrecha para mi enorme verga (20 cm. aprox.). una vez dentro de ella, comencé los movimientos característicos de la cópula canina, movimientos cortos y rápidos, que hicieron gemir a mi dueña, quien no cesaba de gemir, sollozar y gritar presa de sus propios éxtasis sexuales.
    
    Ella volvió a colocar su manita a la entrada de su cálida vagina, para impedir que entrara mi perruno botón o bola, pero yo quise experimentar la sensación de introducirme totalmente dentro de la ardiente cuevita, por lo que, recordando algunas de las actitudes de los machos alfa, para someter a las hembras, y lamiendo la base de su níveo cuello, de pronto, con mis perrunas mandíbulas la cogí por sus rubios cabellos, al mismo tiempo que presionaba la entrada de su sensual coñito, empujando mi verga con descomunal fuerza; mientras que ella, comprendiendo lo que deseaba, sólo sollozo de placer y dolor, mientras decía:
    
    Yo, ni tardo ni perezoso, le dejé ir mi verga junto con mi perruna bola, quedándonos abotonados, yo sin poder moverme, ni para adentro, ni para afuera, sintiendo su ardiente vagina ensancharse, y al mismo tiempo apretar fuertemente mis 20 cm. como si de una mano se tratase, ...
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