La vida en una Hacienda de las de antes
Fecha: 05/06/2024,
Categorías:
Incesto
Sexo en Grupo
Sexo con Maduras
Autor: Veronicca, Fuente: SexoSinTabues30
... las que él no era el padre, pero en cambio, con las que eran hijas suyas, aunque jugaba con ellas y las tocaba, no las penetraba.
En esas conversaciones que teníamos entre nosotros solíamos hablar del tema:
—Esto lleva pasando toda la vida, tendrías que estar ya acostumbrado y no tomártelo de esa manera. Tú también creciste en el poblado y en tu familia, cuando tu padre pasaba las noches fuera, me dijiste que tu madre te metía en su cama para que la calentaras —le decía yo.
—Sí, porque yo era el mayor de los hijos y ella tenía miedo de que algún hombre entrara y se le metiera en la cama y al tenerme con ella, ya no se atrevían.
—Pero bien que aprovechaste esas noches para follártela. No me digas que no te gustaba.
—Sí, claro, yo era un crío y para mí estar con mi madre era lo mejor del mundo, mejor que estar con mis hermanas. Además a ella le encantaba también.
—Normal, a todas nos gusta eso cuando estamos mayores ya. En cambio tu padre prefería a tus hermanas, como te pasa a ti ahora con nuestras hijas.
—Debe ser cuestión de la edad, porque es verdad que a todos les pasa lo mismo.
—Entonces tendrías que entenderlo. Tú mismo lo dices. Y no eches la culpa a las niñas de que abran las piernas cuando les meten la mano, porque tú las acostumbraste a eso. Es normal que se pongan calientes y les guste.
—Tienes razón, no sé porque me pongo así, pero me da rabia que los patrones hagan lo que quieran con nosotros, sin respetar nuestra intimidad ni a ...
... nuestras familias
—Pues antes era mucho peor, acuérdate de las cosas que pasaban, como cuando estábamos en el río lavando la ropa o bañándonos solas, y a veces nos agarraban entre 4 o 5 y nos la iban metiendo todos hasta que se corrían con nosotras. A tú hermana le pasó también y a muchas otras.
—Esas cosas siguen pasando, pero menos.
Se notaba quizás, que algo iba cambiando, pero sólo en la casa, porque cuando hablaba con mis hermanas, que vivían en el poblado, me decían que todo seguía igual por allí, ya que incluso algunas de sus hijas adolescentes seguían quedándose embarazadas, sin que supieran de quien.”
Y ahora que esta mujer que me ha contado esto, con tantos años y habiendo vivido tantas cosas, con sus nietas y bisnietas sigue viendo que pasa lo mismo, los hombres siguen buscándolas, los padres siguen metiéndolas en la cama y aunque ahora esas camas sean más confortables en bonitas habitaciones, la gente sea más educada y formada, el sexo sigue siendo lo mismo que cuando ella era pequeña, el hombre sigue buscando un coño, un chocho, panocha, cuca, una vagina…. donde meterla, sin importar de quien ni cuando, simplemente de que tenga oportunidad de hacerlo y las mujeres siguen disfrutándolo siendo conscientes de lo que tienen entre las piernas, del poder que pueden ejercer sobre los hombres cuyo mayor anhelo será poseerlas como principio y fin de sus vidas.
Esta es una historia real que sucedió en un lugar concreto entre finales del siglo XIX y principios del ...