El sueño de Martha 3 - Relatos Eróticos

El sueño de Martha 3

... en cuando pasaba un dedo sobre su ano.

—¿Te quieres correr adentro o en mi boca? —Pregunto dándole pequeños mordiscos en los labios. —Aunque la siento todavia muy dura para acabar... —Se rio y sin contestarle, Benjamín se incorporó hasta quedar recargado sobre la cabecera. Ella entendió el gesto y se subió nuevamente sobre él, engullendo su pene otra vez. Le abrazó la cabeza quedando su cara entre sus pechos y la penetró así. Martha gemía despacio casi en su oído y cuando estaba totalmente dentro de ella le apretabas más la cara contra sus senos. Así estuvieron unos minutos hasta que finalmente se corrió, llenándola nuevamente de semen que segundos más tarde comenzó a brotar de su vagina.

Martha jugaba con sus dedos en su cabello en lo que se recuperaba, y cuando su pene se salió naturalmente de ella se levantó para limpiarse. Benjamín escuchó el chirrido de la llave y el agua correr un momento. Entonces regresó desnuda y sonriente con una toalla mojada y papel de baño.

—¿Cuándo empezaron a coger tu ya sabías lo de tu padre, verdad?

—Si. Por eso me atreví.

—¿Con quien te gusta más? ...

... Digo… porque ahora que este aquí tendremos que compartirte. —Benjamín rio la ocurrencia de su tía pero no contestó. Todo lo que era referente a su relación con su madre era demasiado privado, inclusive para ella. —Dime, o le digo lo que hicimos.

—Con las dos. Las dos me gustan.

—¿Por qué no te creo? Es por sus tetas, ¿verdad? Te gustan grandes. —Dijo divertida levantándose los pechos.

—Tía, yo amo a mi madre de maneras que no puedes entender. Mi padre la hizo a un lado y no pude con eso. No se lo merece. —Martha se enterneció nuevamente por sus palabras y le acarició el rostro, que aun estaba enrojecido por la faena.

—Gilberto es gay. —Soltó su tía de pronto. Benjamín se quedó callado, sorprendido por aquella confesión. Su esposo es militar, de porte serio y elegante; tiene rango de Coronel y es muy respetado. Jamás imaginó algo así del hombre más varonil de su familia. —Cuando hacemos el amor, falta algo… o sobra algo, y ahora lo sé. Es diferente contigo,Benjí. —Dijo acariciando nuevamente su rostro. Benjamín besó su mano y la miró a los ojos.

—Tía ¿te gustaría hacer un trio?

Continúa.