1. ¿Por qué a mí? Capítulo 48


    Fecha: 08/06/2024, Categorías: Gays Autor: Jesus tsukishiro, Fuente: TodoRelatos

    ... mente estaban sin fin de pensamientos dramáticos, trágicos y ansioso, muy desesperantes; pero me prometí ya no ser así, dejar de hacerme ideas locas en la cabeza y comenzar a ser una persona madura y cuerda, por lo tanto dejé que todo fluyera y seguí subiendo las escaleras.
    
    Me detuve en el último descanso, donde estaba una puerta con cristales opacos y se sentía un poco de frío, una luz tenue ingresaba por los cristales que rodeaban la pared y apenas y se apreciaba un poco del piso.
    
    Aníbal llegaba y se sostenía la prótesis. – Vaya, me comenzó a doler. – Se quejaba un poco.
    
    – ¿Estás bien? – Al escucharle quejar me le acerqué y él me detuvo.
    
    – Sí, estoy bien, tranquilo, gracias eres muy lindo. – Me sostenía la mano.
    
    – Es dolor normal, tranquilo, estuve mucho tiempo de pie y me senté unos momentos, ahorita me ayudas a acomodarme la prótesis y listo. – Aníbal me decía mientras se enderezaba para abrir la puerta.
    
    Él abría la puerta y antes de decirme algo, se escuchaban pasos; eran los meseros que subían con lo que él había pedido.
    
    – ¿Dónde le ponemos las cosas? – Preguntaba un mesero.
    
    – Cierto, pónganlo ahí en la mesa que esta, bueno espero que aún siga. – Aníbal les decía algo apenado.
    
    Los meseros cruzaban la puerta y lograba ver la hermosa vista; ¡guau!; es que era la noche tan linda, las estrellas estaban tan esparcidas y se percibían mejor, hacía un poco de frío, pero se soportaba; los meseros terminaban de acomodar las cosas y se retiraban; Aníbal ...
    ... les agradecía y me invitaba a ver más desde lo alto.
    
    – ¡Es la noche increíble! – Le decía emocionado.
    
    – ¿Te gusta? – Preguntaba con una sonrisa.
    
    – Sí, es, es tan hermosa la noche, el cielo se ve espectacular. – Le decía emocionado.
    
    – Me alegra que te guste. – Aníbal me decía en lo que tomaba una silla y se sentaba.
    
    – Cierto, espera. – Me regresaba hacía él, le miraba.
    
    – ¿Quieres que te ayude? – Preguntaba nervioso.
    
    – Pues sí quiero que me ayudes, el problema es que me tendría que desabrocharme el pantalón para acomodarme la prótesis. – Decía apenado.
    
    – ¿Y?, déjame ayudarte. – Le decía sin problema.
    
    – Me da mucha pena que me vayas a ver, digo, por lo que me preguntaste hace rato, pues. – Él algo cohibido.
    
    – Aníbal, permíteme ayudarte, por favor. – Le decía serio.
    
    – Está bien. – Él se levantaba de la silla, se desabrochaba el pantalón y lo dejaba caer.
    
    No les voy a mentir, me puse nervioso, muy nervioso, pero quería ayudarlo; al verlo con el pantalón a los pies, me quedé impresionado que en su pierna tenía un tatuaje de un dragón que iba desde el tobillo hasta poco arriba de su glúteo.
    
    Él notaba mi sorpresa diciendo. – ¿Te sucede algo?
    
    – No, no, sólo qué, pues. – Nervioso titubee un poco.
    
    – Ves mi tatuaje, ¿es eso? – Me cuestionaba al ver que no dejaba de admirar su tatuaje.
    
    – Sí, es, es que es impresionante, el diseño, los colores, el tamaño, no quiero imaginar cuanto debió dolerte. – Le decía mientras me agachaba para ayudarle a ...
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