Clases de refuerzo - Relatos Eróticos

Clases de refuerzo

... el sujetador del interior de mi blusa volviendo a atar el último botón. Lo dejé en una esquina de la mesa.

- ¿Contento?

- Lo estaría más sin la blusa, pero de momento es suficiente, tienes unos pechos pequeños pero bonitos y bien colocados, y los pezones una pasada, seguro que tienes tus braguitas mojadas, jeje, bueno si es qué las llevas puestas.

- Como están mis braguitas es cosa mía, ¿puedo responder?

- Si claro. ¿Me repites por favor la pregunta?

Tuve la sensación de qué estaba jugando conmigo, qué estaba disfrutando con aquella conversación, pero tenía qué seguir.

- Si, ¿me han visto alguna vez sin bragas?

- Jaja, ¿has ido en alguna ocasión con mini y sin bragas?

- Pocas, pero si he ido

- Jaja, tenían razón cuando decían que eras una puta, y ahora si soy yo el que también lo piensa, no, no creo que te hayan visto sin bragas, me lo hubiesen dicho. ¿Algo más?

- ¿Les has dicho qué me has contado lo qué han visto o se lo piensas decir?

- No les he dicho nada, y si tu no quieres no les diré nada.

- Gracias, te lo agradezco.

- ¿Piensas seguir mostrándoles tus encantos?

- Creo qué es mejor no cambiar las costumbres.

- ¿Irás sin bragas algún día?

- Desde luego qué no.

- Has estado conmigo algún día sin bragas.

-No.

- ¿Sabes una cosa? No es justo qué ellos lleven un montón de semanas viéndote las ...

... braguitas e incluso la rajita y yo no.

- Tú en este momento me estás viendo las tetas a través de mi blusa transparente, ellos no las han visto nunca.

- Ya, pero no es lo mismo unas tetas que un coño.

- Es lo que tú has elegido.

- Me estás diciendo qué si te hubiera mandado subirte la falda y bajarte la braguita ¿lo hubieses hecho?

- Eso nunca lo sabrás, se está pasando el tiempo empecemos con tus problemas con las matemáticas.

El resto de la hora lo pasamos aclarando sus dudas matemáticas y haciendo ejercicios, eso sí, mis pechos eran su principal foco de atención.

Cuando terminó la sesión le acompañé hasta la puerta.

- Bueno Alberto hasta mañana.

- Hasta mañana Sara, ¿Sabes una cosa? Creo que tus alumnos tienen razón, estando a solas en tu casa, con una puta como tú, no tiene qué ser difícil meterte mano y acabar follándote.

- De ilusión también se vive, voy a tener qué llamar a tus padres para decirles qué me estás llamando puta.

- No te atreverás, sabes perfectamente que, si hablamos todos, ellos acabarían pensando qué lo eres, adiós puta.

- Adiós.

Cerré la puerta, estaba empapada, los alumnos de mi instituto me llamaban puta a mis espaldas, el qué venía a mi casa me lo llamaba a la cara, fui a mi dormitorio me tumbé sobre la cama y bajándome las bragas me estuve metiendo y sacando dos dedos hasta qué conseguí correrme.