Campanilla 3 - Relatos Eróticos

Campanilla 3

... atrás.

“No me gusta, lo probé un par de veces y me dolió mucho, si estoy con dos chicos prefiero que se turnen para follarme, o me fóllen el coño los dos a la vez;” contesta Karen, tan excitada que no le importa hacer esas confesiones.

“Es más zorra de lo que pensábamos;” señala Justin. “Nos darían un buen dinero por ella en alguno de los nuevos clubs donde no hacen preguntas de donde salen las esclavas;”

“¿Y por ella? ¿Cuánto nos darían?” pregunta Lucas mirándome.

“Eso no importa, es propiedad del Visir;” responde Justin. “Aunque te aseguro de que si fuese mía no la vendería, me quedaría con ella y estaría todo el día follándomela.”

“Deja el culo de Karen por el momento, dejaremos que Elisabeth se lo fólle primero;” comenta Justin empezando a lamer mi coño.

Aunque el placer que siento por la lengua y los dedos de Justin en mi coño, comienza a nublar mis sentidos, no puedo dejar de mirar como Lucas se folla a Karen. Una cosa es estar en la misma habitación, a unos metros, con apenas luz, teniéndome que imaginar lo que ocurre mientras es follada, y otra cosa es ver la enorme polla de Lucas entrando y saliendo de su coño, estirándolo, dejándolo obscenamente abierto cuando cada poco tiempo se sale por completo antes de volver a introducir toda su polla de golpe.

Esa imagen hace que cierre los ojos y me imagine que soy yo quien está siendo follada, aunque en mi imagen no me follan ni Lucas ni Justin, es el Visir quien me está follando.

Después de otros ...

... dos orgasmos Justin deja de atender mi coño, y tras ponerse de pies me ayuda a levantarme, cogiendo otro objeto más de la bolsa.

“No podemos follarte;” me dice cogiendo una correa y atándola a mi cintura, “Pero si podemos dejar que disfrutes follándote a Karen;” añade mostrándome un largo consolador de látex de no menos de cuarenta centímetros, introduciéndome al menos quince centímetros en mi coño dejando el resto para que me fólle a Karen.

Mientras Justin me ayuda a prepararme, Lucas se ha sentado en el sofá colocando a Karen sobre él empalada en su polla, la mantiene abrazada de modo que no puede moverse y tiene su culo levantado y completamente accesible para mí.

Justin comienza a extender abundante lubricante tanto en mi polla como en el culo de Karen, hasta que cuando cree que todo está listo, me acerca a ella y comienza a introducir la polla de látex, que al principio parece entrar fácilmente, pero luego apenas avanza.

El juego de los chicos es diabólico, con el culo tan estrecho de Karen tendré que empujar con mucha fuerza para follármela, pero con cuanta más fuerza empuje más me follaré a mí misma.

“Vamos muévete, agárrate a sus caderas;” me dice dándome un fuerte azote.

Hago lo que me dice y empujo con fuerza, soltando un intenso grito al sentir como la parte del consolador insertada en mi coño me penetra con fuerza, aunque al ver como también se introduce un par de centímetros más en el culo de Karen redoblo los esfuerzos.

Si hasta ahora Karen ...