1. Confesiones zoo, de una mujer preñada


    Fecha: 08/07/2024, Categorías: Zoofilia Autor: Cintia, Fuente: TodoRelatos

    ... verga roja, presta a surgir. Comenzó nuevamente a lamer mi cuerpo, mientras termine de masturbarme, viniéndome, en un acto bastante morboso. Una vez que una se aplaca, comprende que lo efectuado, no es muy moral que digamos, me vestí sin ponerme bragas ni sostén,
    
    Preparé una cena rápida, le di de comer a Benny, que no dejaba de seguirme, intentando meter su hocico entre mi vestido. Después de comer mire televisión en la sala, Benny a mi lado en el sofá, que acariciaba, tocando su sexo, viendo como rápidamente surgía su rojo pene, creo que detectar que el perro estaba caliente, me altero.
    
    Nuevamente me quite la ropa, quería saber que pasaría, abriendo nuevamente mis piernas, que, al sentir su hocico, temblé, abriéndolas al máximo, cuando su lengua comenzó a frotarse a través de mi abertura, me enloquecía, al sentir su rugosidad y rapidez desplazarse por mi vagina, me llevaba las manos a mi pecho estirando mis pezones, algo recargados por la excitación que me embargaba.
    
    Estaba sacada en ese momento, me giré para sentir el contacto de su lengua, levantando mi trasero para ofrecerlo mejor y disfrutar ampliamente, pero sucedió algo. lo previsto, me monto intentando meter su verga en mi intimidad. No dejaba de atraerme la idea de ser cogida por Benny, pero mentalmente no estaba aún preparada, podría afectarme o tuviese algún problema, me mantuve quieta, recapacitando, qué decisión tomar, disfrutando con su sexo oral.
    
    De pronto me levante del sillón, yendo a la ...
    ... alfombra, colocando mi rostro sobre el tapete, elevando mi culo. Una vez en postura, su lengua se fue esparciendo de una cavidad a otra, quizás cerciorándose de la abundante humedad de mi hendidura
    
    “Me deseas, ¿verdad? Yo también” le hablaba suavemente sintiendo el estremecimiento que me causaba su lengua separando mis labios genitales pretendiendo encajar en mi vagina, entregarme a ese animal, dispuesta a ser cogida por la furia de esta bestia, que percibía su deseo de penetrarme.
    
    Me acuclillé, y ponerme en posición para recibir sus atenciones carnales, porque era obvio lo que él estaba reclamando de mí y comprendí, que lo deseaba ardientemente, cada vez que lo pretendiese.
    
    Saltó sobre mi espalda y atenazándome con sus zampas comenzó a puntear su agudo miembro contra mis nalgas y luego centró mis tiernas carnes rosadas introduciéndose en mi vagina, grité algo dolorida, pero no impedí su intención, feliz de sentirlo por primera vez.
    
    Luego mis gemidos acompañaban los frenéticos embates de su sexo contra el mío, sus cojones goleaban rítmicamente la funda de mi clítoris, obligándolo a emerger y enfrentar las lujuriosas sensaciones de placer que le infundían estos continuos embates.
    
    Cuando sentí que clavaba sus uñas en mis muslos, recibiendo una especie de estimulación ante ese ímpetu, sumado al dolor de sus garras, oprimiéndose contra mi epidermis.
    
    No dejaba de gozar esa brutal penetración enérgica, de mi nuevo macho que había tomado posesión de mi sexo, me hacía suya, ...
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