El tormento de Elsa (revisado) 51 a 53 - Relatos Eróticos

El tormento de Elsa (revisado) 51 a 53

... calzado sacando el pie y metiendolo fuertemente, a Elsa se le ilumina la cara al ver entrar a Silvia. Su amada, le sonríe, pero su cara dice que la pobre sigue en shock por todo lo vivido el fin de semana y por lo que ha pasado estos tres días.

-No me han tocado. - le dijo Silvia a Elsa en un susurro, con voz cansada, ojeras en sus hermosos ojos, aguantando los temblores. - Ni un solo azote, es más, me han dado ungüentos, aceites y cremas calmantes constantemente. Culo, espalda, tetas, pies… Eso si, no he dejado de chupar la polla a mi padre, y los pies y el coño y el culo a mi madre incluso después de follar con mi padre.

Elsa acarició la cara de su amiga.

-¿Tomas las pastillas?

Silvia asintió.

-Pero no siento nada, no me hacen nada. - empezaba a llorar, la gente las miraba, Elsa trató de consolarla.

-Hoy pediré que te dejen tranquila, y mañana, aunque no venga.

-Es tu cumpleaños. ¿Qué te van a hacer?

Elsa sonrió.

-Lo que deseen, y yo, lo recibiré y aguantaré agradecida.

Silvia se mordió el labio, acarició la cara de Elsa que sonreía. No tenía ojeras, tenía hasta buen aspecto.

-Elsa… ¿estás empezando a gozar con todo esto?

Sin dudarlo un segundo, Elsa asintió con la cabeza.

-Si… casi siempre. Estos tres días con mi padre he gozado de cada follada, cada mamada, cada azote… - su amada la miraba horrorizada -silvia, he descubierto el placer sumo a través del dolor, incluso del dolor más extremo. Ya deseo volver a sentir a Bill detrás mío, ...

... deseo volver a ver a ese Hector y ser suya, deseo lamer todas las pollas y coños del mundo… Ya casi no sufro, y si es necesario, me tomo alguna pastilla, eso aplaca el dolor y sufrimiento y ayuda a convertirlo en palcer. Estos días, con mi padre, no las he tomado, y he disfrutado. Me encanta que me folle, me encana mamarle la polla, incluso que me azote.hoy me he tomado una antes de salir y traigo otra para tomarla antes del recreo. No se si gozaré con los chicos de clase sin ellas, así que tengo que tomarlas hasta que descubra si…

-Si eres una perra de verdad o no. - susurró Silvia aterrorizada de ver en lo que se había convertido Elsa. Y temblando, se alejó de ella negando con la cabeza.

-Creo que no puedo estar a tu lado así… lo… lo siento.

Elsa miró a Silvia aterrada, ¿estaba dejándola?

-No… no hagas esto, por favor. - susurró sollozando. La gente las miraba curiosos, pero nadie se acercaba o decía nada.

-No… no… - Silvia se detuvo, miró a Elsa a los pies, a esos mocasines de castigo que enseguida adivinó que la niña llevaba y luego a la cara. - No se si quiero seguir contigo, y no se si merece la pena vivir así. Creo que no aguanto más, tú eras lo que me hacia aferrarme a esta vida, y siendo así… No quiero vivir.

-Silvia. - Dijo Elsa acercándose a ella - No hagas una locura. Por favor.

-Esta es la última vez que me ves… No llegaré a mi casa esta tarde, no dejaré que nadie me haga nada más, en ell recreo dejaré de sufrir, nadie me hará daño otra vez… ...