1. El tormento de Elsa (revisado) 51 a 53


    Fecha: 26/07/2024, Categorías: Grandes Series, Autor: HCL1979REBIRTH, Fuente: TodoRelatos

    ... sacando la lengua después.
    
    - Pero no soy tu perra, polla chica. - y sonrió.
    
    El chico sonrió también.
    
    -Veremos si sonríes al finalizar todo lo que tengo pensado para ti, pequeña zorra insolente..
    
    - Hora de amordazarte. - dijo el director
    
    Obediente, Elsa se metió una de sus medias en la boca y el director, sonriendo, le amordazó con la otra.
    
    Y agachandose a rebuscar en la bolsa, sacó un antifaz de los que se usan para dormir.
    
    -Póntelo.
    
    Elsa, más que por curiosidad ante lo que se avecinaba que por miedo a una reacción más violenta de Carlos, obedeció, pasando a no ver absolutamente nada. La chiquilla pudo oír a Carlos como rebuscaba en su bolsa y como después, el chico le abría las piernas y empezaba a meterle algo en el coño, algo gordo, áspero, duro. Elsa gimió, fuera lo que fuera era grande y le costaba entrar. Carlos hizo fuerza, girando y Elsa gimió apretando bien las manos y encogiendo los deditos de los pies, ese gesto tan suyo que tanto agradaba al director, que sonrió relamiendose al verlo. Ninguna polla, ni la de Bill, le había hecho ese daño, y eso que tenía el coño aun abierto por las folladas y lamidas de esa mañana. Sollozando, temblando, Elsa notó como Carlos dejaba de empujar, sintiendo dentro de ella fácilmente un buen palmo de lo que fuera había metido ese chico y notando aun fuera algo más.
    
    -Eso ha estado muy bien, Carlos. - dijo el director sonriendo.
    
    Dentro del coño de Elsa, Carlos había metido el mango de una raqueta de padel ...
    ... que había recortado de una de las que tenía en casa lijando la parte cortada para dejarla lisa, y envolviendola toda en fieltro. Elsa gemía, sudaba, sentía los pezones duros, empezaba a estar húmeda, las lágrimas de sus ojos caían silenciosas por el dolor, pero el placer estaba llegando a su cerebro, y ya deseaba más.
    
    Carlos llevó sus manos a los pechos de Elsa y empezó a acariciarlos, despacio, con mimo, pasando la yema del pulgar por los pezones y sus aureolas, sugestionandolos, endureciendolos más. Elsa, notando su excitación aumentar, abriendose más de piernas y empujando ella sola un poco más el falo improvisado hasta casi desaparecer dentro de ella, ahogando un grito en su mordaza improvisada ante la mirada de excitación del director y Carlos, que pasó a pellizcar despacio y con cuidado los pezones. Elsa encogió de nuevo los deditos de sus pies, estaba empezando a notar como su coño se mojaba más y más. Carlos pasó a pellizcar los pezones con más saña, ya empezaba a doler, pero a gustar también. Sonriendo, el chico empezó a besarlos, lamerlos, a succionar como si mamará de un pecho la leche, a morderlos, a encerrarlos entre sus dientes y pasar la punta de la lengua. Elsa gemía, ahogando gritos llenos de placer. Tenía los ojos cerrados tras el antifaz y lloraba también, de dolor, de gusto… aquello era maravilloso, se dijo, estaba gozando. ¿Castigo…? Eso no era un castigo, pensó. Si pudiera se meteria más ese falo dentro, pero palpó y vió que apenas quedaba para sacarlo ...
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