El tormento de Elsa (revisado) 51 a 53 - Relatos Eróticos

El tormento de Elsa (revisado) 51 a 53

... si lo hacia, asi que se limitó a sacarlo y meterlo varias veces, girandolo, notando como su corrida empezaba a escaparse. El director y Carlos gozaban con la visión del coño de Elsa lleno y rezumando por los costados su placer.

Carlos pasó entonces a dedicarse con una mano de nuevo solo a su teta derecha, mientras rebuscaba algo en la bolsa. No tardó en sacar lo que quería. El director sonrió.

-Ahora si perrita. - dijo el hombre.- Ahora si va a doler de veras.

Elsa no hizo caso, seguía excitada. Carlos, sonriendo, con la mano que asia la tetita derecha de Elsa hundió el pezón hacia dentro, doblando también la aureola, encerrandola entre dos pliegues de la carne del suntuoso y prieto seno carnoso de la niña y sin más, mientras el director se acercaba y agarraba a Elsa por los hombros empujándola hacia el asiento, sin que la niña sospechara nada, Carlos, con la otra mano, acercó la grapadora de tapicero a la teta de Elsa, y apretó insertando una grapa de 14 mm uniendo ambos pliegues.

Elsa chillo a través de la mordaza y abrió los ojos hasta casi dolerle, y antes de darse cuenta, una nueva grapa, sin apenas distancia de la otra, volvía a atravesar las suaves carne de su teta. Tratando de levantarse, pero siendo empujada hacia abajo por el director, Elsa fue notando una a una todas las grapas que Carlos iba colocando en su teta hasta dejar su seno cerrado, con el pezón metido entre los pliegues, con las grapas muy seguidas, como si fuera una cremallera. Hasta 35 ...

... grapas había colocado el chico en el pecho de Elsa que lloraba temblando de dolor y murmurando incoherencias. Su coño seguía rezumando, pero el dolor que su teta le enviaba al cerebro empezaba a superar el placer. Gimiendo, Elsa notó como le quitaban el antifaz. Al ver su teta, sollozó abriendo los ojos.

-Ha quedado preciosa. - Dijo Carlos mientras recargaba la grapadora. - Ahora la otra.

Elsa abrió los ojos y negó con la cabeza, trataba de hablar, de gritar, de suplicar. El director y Carlos sonrieron.

-Si lo prefieres, te saco del coño eso que tienes y te coso el coño. - Dijo Carlos acercando la grapadora al coño de Elsa que chillo aterrada sonando un GRHHMMMMPPPHHHH… tras la mordaza.

-Elige zorrita… te doy ese privilegio - Dijo Carlos. - Señala con tu mano, te grapo el coño, o la otra teta.

Temblando, llorando, Elsa llevó a duras penas su mano a su teta izquierda.

-Eso creía yo.

Y Sonriendo, Carlos empezó a estimular de nuevo el pezón de Elsa, que cerrando los ojos empezó de nuevo a sugestionarse y sentir placer, aunque veía la sangre salir de las incisiones que había hecho las grapas en su piel y sabia que en breve, su otra teta estaría igual.

Cinco minutos después, sonriendo, Carlos, tras decir “ahí vamos”, hundió el pezón de Elsa hacia dentro para repetir la operación de grapado con la teta izquierda de la niña que antes de sentir la grapadora apoyada en su piel, ya había cerrado los ojos. En cuanto la primera grapa entró, Elsa, llorando,volvió a ...