1. Un mal día (3 de 6)


    Fecha: 05/08/2024, Categorías: Sexo en Grupo Autor: SexNonVerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... la barra disfrutando de otra copa de champagne.
    
    —Habíamos quedado en otra cosa, ¿no? —Lo increpé.
    
    —Eeeeh… Tranquila. —Me acarició la mejilla con el dorso de la mano—. El viejo quiso ir en persona. ¿Qué le iba a decir…? ¿Cómo te fue? ¿Te dijo algo?
    
    —Me dijo que era una buena chica. —respondí, con cara de ofendida.
    
    —¡Y tiene razón! Sos la mejor, Vero. ¡Mi reina de la uva! —Me rodeó la cintura con un brazo y me besó con ternura.
    
    No quería mirar el tablero del Etios para no ver la hora. No quería ponerme más nerviosa de lo que ya estaba. El tránsito sobre la avenida se empezaba a cargar conforme me acercaba a la zona de Retiro. En un memento se detuvo y aproveche para girar sobre el asiento trasero y rebuscar en el bolso la bolsita plástica donde había guardado el labial y el rimmel. Tenía que aprovechar las pausas. No había forma ni de detener el tiempo, ni de teletransportarme a la compañía. La suerte estaba echada. El tránsito volvió a avanzar y mi mente volvió a aquella terraza de Puerto Madero en la que Emiliano y yo jugábamos, cada uno, su propio juego.
    
    La noche, como el malbec, fue mejorando con el paso del tiempo. Bailamos, nos reímos y bebimos bastante. De vez en cuando, Emiliano me calentaba el oído con algún comentario zarpado. Yo feliz con el cachondeo. Compartir ese espacio tan exclusivo, despojada de mi ropa interior, con toda esa gente que olía a perfume francés y habano caribeño, me daba un morbo que me tenía bastante arriba. Al principio ...
    ... estaba muy pendiente del vestido, pero después me fui relajando. Los médicos se daban la buena vida y yo la estaba pasando muy bien.
    
    Estábamos bailando con una copa en la mano. Emi me aferraba por detrás. Nos movíamos rítmicamente y yo le frotaba la entrepierna con el culo, con sutileza para no levantar sospechas. Él me decía que se la estaba poniendo dura. Entonces yo me alejaba, pero él me tomaba de la cintura y me acercaba de nuevo. Y otra vez le frotaba mis nalgas por el rabo. Ese era el jueguito hasta que en un momento me dijo que volvía enseguida y desapareció de mi vista. Me quedé bailando y bebiendo sola por un rato. Después me acerqué a la barra por una botella de agua mineral. Necesitaba hidratarme. Estaba acalorada y sedienta. Cuando vi a Emiliano acercarse, sabía exactamente de dónde venía. No era la primera vez que lo veía fruncir la nariz y morderse lo labios de esa manera.
    
    —¿Fuiste a tomar?
    
    —La dosis justa. —Como le gustaba decir a él—. ¿Querés? Hay. Y está muuuy bien.
    
    —Sabés que no me gusta.
    
    —Tendrías que aprovechar que tenés un novio anestesista. Soy como tu chamán. Puedo guiarte en tu viaje interior.
    
    —Sos un boludo.
    
    —Jajaja. Me invitó el viejo. No le pude decir que no. ¡Escuchá esto! Me dijo que necesitaba a un futuro jefe de anestesiología para catar algo especial que le habían traído de Colombia.
    
    —Bueeeno. Parece que funcionó mi regalito… Me parece que ahora la deuda la tenés conmigo. —Me mordí el labio inferior— Voy a pensar en ...
«12...567...10»