1. El Hombre de la Casa 9: Los Planes de Raquel


    Fecha: 06/08/2024, Categorías: Incesto Autor: Kurosko, Fuente: TodoRelatos

    ... inmediato, me detuve.
    
    —Ya, ya… —dijo apurada, me presionó el hombro y de nuevo, me dejé llevar por ella.
    
    Conforme avanzábamos en silencio, me di cuenta de lo imbécil que hubiera sido agarrarme a golpes con un tipejo como él en medio de la calle y me entró el remordimiento. Remordimiento de algo que no hice pero que habría hecho sin dudas si Raquel no me hubiera detenido. Ella abrió la puerta y cerró la puerta tras de mí, estaba por decir “perdón” cuando su boca cerró la mía y su lengua se abrió paso dentro de mí. Mis ojos no se cerraron, al contrario, pude ver que ella se empezó a deshacer de su bolso y chamarra, los zapatos pegaron contra la puerta e hicieron un ruido sordo antes de caer.
    
    Me empujó hasta hacerme caer en el sillón de la sala. Cuando mi boca por fin quedó libre, ella se terminó de desvestir y comenzó a desabrochar mis pantalones. Entendí más pronto que tarde, que cualquier cosa que dijera podía esperar. Se lanzó directamente a mi verga, aunque aprendió a no apretar con las manos, estaba siendo muy brusca con sus succiones y lametones, quería ponerme tieso cuanto antes. Estaba desconcertado, pero, después de todo, ¿a quién le dan pan, que llore?
    
    Ella estaba hincada y yo, acostado al borde del sillón, mis manos estaban lejos de cualquier cosa con qué entretenerme, así que me entretuve viendo cómo su melena castaña subía y bajaba, frenética. Los ruidos que se le escapaban al tomar aire y al atragantarse al introducirme a la entrada de su garganta ...
    ... eran el combustible ideal hasta que alejó su rostro y se irguió al igual que mi riata. Ella seguía sin decir nada, sólo se reclinó sobre el borde del sillón más chico y puso el culo en pompa. Yo me apresuré a levantarme y tomé mi posición detrás de ella, la cabeza de mi miembro se cubrió de aquellos jugos y me aventuré a dar una estocada limpia y casi pude meterla por completo. Sentí su espasmo, la sorpresa había contraído sus paredes internas y había frenado mi avance. Un gruñido me hizo esperar antes continuar, pero de inmediato, ella terminó de clavarse lo que faltaba mientras su espalda descendía y facilitó mi ingreso. Estábamos sintiendo nuestras palpitaciones, podía notar mi verga siendo abrazada con más fuerza que nunca, tanto así que me fue difícil retroceder, era como si su vagina no quisiera soltarme.
    
    —Creo que me vine, Luís —Su voz apenas era audible, era como si estuviera aguantando el llanto—. Espérate tantito… ¡ah!
    
    Volví a entrar para regresar a la posición original y esperar su indicación, me parecía lo más apropiado, pero aquello era una nueva penetración y ella encajó sus uñas en mi muslo mientras soltaba un gruñido más. La presión en mi verga se hizo mayor y ella levantó los talones mientras se hacía uno con el sillón. Entonces, la escuché sollozar. Yo me asusté y me incliné hacia ella.
    
    —¡Raquel! Perdón, yo…
    
    Ella elevó su otra mano por encima de la nuca y la sacudió de un lado a otro. Sentí cada uno de sus respingos estando dentro de ella, unos ...
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