El Hombre de la Casa 9: Los Planes de Raquel
Fecha: 06/08/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: Kurosko, Fuente: TodoRelatos
... cortos y otros largos, era un caos sentir tanto placer mientras estaba preocupado por ella.
—Sólo… quédate quieto… un rato… ¿sí?
Sin darme cuenta, me quedé aguantando la respiración hasta que por fin vi que elevaba su espalda. Se apoyó en los brazos y apenas giró la cara, pero su cabello no me dejó ver más allá de sus orejas rojas. Resopló y me empujó hacia atrás con su culo, di un paso atrás y pensé en sacar a mi amigo, pero de inmediato, su mano encontró a tientas mi muslo y me detuve. Ella sola comenzó a introducirme de nuevo mientras yo percibía los pequeños temblores en sus piernas antes de volver a inclinarse hacia adelante para, una vez más, retroceder. Después de un par de veces, yo empecé a moverme para mantener la cadencia que ella había marcado y ella volvió a reclinarse sobre el sofá.
—Me tienes vuelta loca,hermanito —hizo un énfasis morboso en aquella última palabra, gimiendo como si estuviéramos en una película porno.
—¿Ah, sí? —dije, siguiéndole el juego, su melena asintió—. ¿Por?
—Hiciste que me viniera… así, nomás. ¿Quién te crees?
Esa voz que estaba haciendo era sensual, dramática, me resultó completamente antinatural. Tampoco me molestó, entendí que no era la Raquel de siempre y que estaba, tal vez, interpretando un papel para el momento, por lo que quise aportar mi granito de arena.
—Dime. Dime por qué te tengo loca.
En eso, su interior se estrechó de nuevo y ella volvió a poner su culo en pompa al momento que reprimía un gemido ...
... con su boca cerrada. Hacía mucho que no aprovechaba para ponerla cachonda al darle órdenes y esta parecía la ocasión perfecta, yo quería una explicación y quería escucharla, así que mis movimientos fueron lentos pero metía la verga hasta el fondo.
—Me gustó que quisieras protegerme —dijo, con la cara pegada al sillón—. Me sentí como si fuéramos… ¡ah! Como si fuéramos pareja.
—¿Te gustó verme enojado?
—Un poco… sí… ¡Ah! ¡Ah!
Subí el ritmo, estaba que echaba humo de las orejas. Escucharla decir eso fue una explosión y empecé a perder el control
—¿Te gusta que sea brusco? —dije, apenas gruñendo—. Te viniste sólo por metértela de un golpe, ¡claro que te gusta!
Ella sólo contestaba con gemidos y pequeños chillidos que intentaba ahogar con la tela del sofá. Puse mis manos sobre las de ella, que estaban queriéndose fundir con el mueble, y seguí bombeando. Las palabras ya no nos salieron, ya sólo quería acabar. El celular de Raquel sonó, pero ninguno reaccionamos, después, sonó el mío.
—S-seguro es mamá. ¡Ah!
Estaba a punto de acabar y no pensé en nada más que en seguir dándole lo que ella había pedido. El impacto con sus nalgas no la tenía sólo sonrosada a ella, mi pelvis estaba ya resintiendo tanto choque y empecé a desesperarme. Tomé su pelo, pero no me animé a tirar de él, sólo clavaba los dedos en aquella melena y ella seguía aguantando sus gritos hasta que por fin me corrí. Sus piernas cedieron y se quedó tumbada, esperé un poco antes de salir de ella y me ...