El Hombre de la Casa 9: Los Planes de Raquel
Fecha: 06/08/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: Kurosko, Fuente: TodoRelatos
... caliente, pero otra cosa era… creer semejante tontería. A ver, claro que había visto porno lésbico y sí, me gustaba verlo de vez en cuando. ¡Pero estábamos hablando de nuestra mamá! Era como cuando mamá creyó que Julia era… Por alguna razón, la idea de que mi hermana mayor fuera lesbiana me dolía aún más. ¿Estaba siendo inmaduro? ¿Irracional? ¿Exagerado?
—¡Qué dramático!
Era Raquel, gritando desde el pasillo. La escuché marchar rumbo su habitación, azotó la puerta.
Pasó un largo rato antes de que decidiera vestirme y salir. Preferí ocuparme en hacer la comida que en hacer las paces con Raquel. Mamá me mandó mensaje diciéndome que iría a la casa en su horario de comida para ver cómo le había ido a su hija menor. Una ensalada rusa y pasta estaban en la mesa cuando se abrió la puerta.
—¡Qué rico huele!
—Apenas estoy terminando de cocinar la carne. Siéntate, ya casi está.
—Deja le hablo a Raqui. ¡Hija, ya llegué! ¡Ven a comer!
Estaba con los ojos en el sartén cuando de pronto escuché a mamá gritar.
—¡Ay! ¡Por Dios! ¿Qué?
Raquel había bajado, seguía desnuda. Algo dentro de mamá la hizo callarse y acomodar sus ideas, seguramente estaba recordando el nuevo estilo de vida que su hija había escogido y que ella había aceptado el día anterior. Yo terminé de servir los platos y tomé asiento.
—Perdón, Raqui. Se me había olvidado. ¿No quieres una toalla para sentarte?
—No, gracias. Así estoy bien, mami —dijo mientras la abrazaba como solía hacerlo. La ...
... estampa de madre e hija era difícil de apreciar con ella desnuda—. ¿Cómo va tu día?
—Bien, bien…
Ella se sentó y empezó a comer tranquilamente, yo hice lo mismo. A nuestra madre le tomó un poco recobrar la calma mientras escuchaba a su hija contarle los detalles de su nuevo empleo, estando completamente desnuda. Yo evité a toda costa ver a Raquel, aunque ya estaba acostumbrado a su cuerpo sin ropa, había algo morboso en verla comer así frente a mamá. Por otro lado, quise pasar de ver mi plato al rostro de ella, estaba totalmente sonrojada y esta vez, me di cuenta de lo evidente que eran sus miradas al cuerpo de su hija menor. Estaba siendo torpe para comer, el tenedor no atinaba a la boca en ocasiones, aunque la tuviera tan abierta.
—¡Ay, mami! —rio mi hermana mientras rozaba la pierna de mamá con su pie—. Andas muy distraída hoy. ¿Es por mí?
Volvió a mecer sus tetas como me dijo que lo había hecho el día anterior. Pero esta vez, Sandra volteó a verme y se cubrió la frente con su mano mientras terminaba su plato a toda velocidad, cabizbaja.
—¡Qué pena, hija! Es sólo que aún no me acostumbro.
—Luís ya se acostumbró —dijo usando ese tono de voz coqueto otra vez.
—Sí, sí… ya me di cuenta. Perdón, creo que me va a tomar un tiempo para aclimatarme.
—Sería más fácil si tú también…
—¡No! —dijimos al unísono.
Mi madre me miró por el rabillo del ojo, se veía asustada. Yo sí estaba molesto con la sugerencia de Raquel y seguí comiendo en silencio mientras ella, ...